El grupo yihadista Estado Islámico (EI) afirmó este domingo que 800 presos de una cárcel de la provincia de Al Hasaka, en el noreste de Siria, han conseguido huir tras dos motines entre el jueves y el viernes.
Los yihadistas también aseguraron que mantienen retenidos en el centro a una veintena de trabajadores, según la agencia Amaq, afín a los extremistas.
En un comunicado difundido hoy en la red de mensajería Telegram, la agencia Amaq, que citó a una fuente militar, señaló que los combatientes del EI "lograron liberar a más de 800 presos que salieron en tandas" durante los dos motines, que se produjeron tras "un ataque coordinado y a gran escala contra la prisión de Geweran", donde hay cerca de 3.500 combatientes y líderes yihadistas en sus celdas.
Según la reivindicación de los yihadistas en un amplio comunicado, el ataque comenzó con "el lanzamiento de dos terroristas suicidas, identificados como Abu Abd al Rahman y Abu al Faruq, con dos vehículos bomba, que los detonaron en la puerta de la prisión y en los muros".
Como resultado, indicó, "más de 200 miembros" de las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), fuerza liderada por los kurdos que administran la prisión, y otras unidades militares murieron, "entre ellos el director de la cárcel", y añadió que los combates continúan en un par de secciones de la prisión y en los barrios aledaños.
Pese a estas cifras del grupo extremista, las FSD han indicado durante este fin de semana que lograron detener a "todos" los remanentes que huyeron, mientras que cifraron en 17 fallecidos entre los miembros de "las fuerzas militares, de seguridad interior y de voluntarios en las instituciones de servicio" desde el pasado jueves, así como un total de 34 miembros del EI.
Por otro lado, el EI difundió anoche un vídeo en el que muestra a una veintena de hombres retenidos en el interior de la prisión y que fueron diciendo sus nombres ante la cámara que los grababa.
Tras la emisión del vídeo, el portavoz de las FSD, Farhad Shami, confirmó en un comunicado que "se trata del personal de cocina de la prisión", y añadió que sus fuerzas "perdieron el contacto con ellos durante el primer ataque de las células terroristas a la prisión".
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, ONG cuya sede se encuentra en el Reino Unido pero que cuenta con una amplia red de colaboradores en el terreno, afirmó hoy que la alianza liderada por kurdos continúa con los esfuerzos por controlar la prisión con el apoyo de la coalición internacional liderada por Estados Unidos, presente en el noreste de Siria.
La ONG consideró este ataque como "el más violento y grande desde la eliminación del Estado Islámico como fuerza que controla zonas pobladas en marzo de 2019", con la batalla final en la población de Al Baguz, en el extremo oriental de Siria y fronterizo a Irak.
Prisioneros del EI detenidos se sublevaron el jueves por la noche coincidiendo con la explosión de un coche bomba en las inmediaciones del centro penitenciario y un segundo intento de fuga tuvo lugar el viernes en la misma cárcel, considerada una de las más grandes para integrantes del grupo radical en todo el mundo.
Miles de combatientes del EI y sus familiares, entre ellos miles de extranjeros, permanecen en cárceles o en campamentos de refugiados administrados por los kurdosirios en el noreste del país.