El Gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, se prepara para enviar a Ucrania sistemas de lanzacohetes móviles de largo alcance, más avanzados que los proporcionados hasta ahora a las autoridades ucranianas, que se los vienen pidiendo, informó CNN.
La cadena estadounidense, que cita como fuente a funcionarios del Gobierno que no identifica, aseguró que la Administración Biden podría anunciar, tan pronto como la próxima semana, el envío a Ucrania de sistemas de cohetes de lanzamiento múltiple, conocidos como MLRS, por sus siglas en inglés, dentro de un paquete de asistencia militar más amplio para defenderse de la invasión rusa.
Otro de los lanzacohetes avanzados solicitados por las autoridades ucranianas a EEUU y que podría empezar a enviarles Washington es el Sistema de Cohetes de Artillería de Alta Movilidad (HIMARS), de la misma familia del MLRS, móvil, más ligero y que puede también lanzar cohetes de largo alcance.
Según la CNN, el Gobierno estadounidense se ha resistido a aprobar el envío a Ucrania de estos sistemas de lanzacohetes de largo alcance por las preocupaciones planteadas en Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca ante las consecuencias que pudiera tener su uso por el ejército ucraniano para llevar a cabo ataques ofensivos dentro de territorio ruso.
La Casa Blanca acogió la semana pasada dos reuniones para estudiar la ayuda militar a Ucrania y el envío de estos nuevos lanzadores de cohetes, con la permanente preocupación de si el envío de armamento cada vez más pesado a Ucrania pudiera ser visto por Rusia como una provocación que podría desencadenar algún tipo de represalia contra los Estados Unidos.
Las autoridades ucranianas, empezando por el mismo presidente Volodimir Zelenski, vienen pidiendo desde hace tiempo a Washington y sus aliados que les proporcionen este tipo de sistemas de lanzacohetes más avanzados, que por su alcance podría suponer un cambio definitorio en la capacidad de defensa del país ante la invasión rusa comenzada hace algo más de tres meses.
Los lanzacohetes proporcionados hasta ahora a Ucrania tienen mucho menor radio de acción que los MLRS y que su versión más ligera, el HIMARS, que se disparan desde un vehículo y tienen un alcance máximo de 300 kilómetros, dependiendo del tipo de munición, lo que permitiría a los ucranianos atacar más fácilmente objetivos dentro de Rusia.
En algunas poblaciones rusas cercanas a la frontera con Ucrania se han producido explosiones en almacenes de combustible y otros objetivos que han sido atribuidos por las autoridades rusas a ataques de Ucrania, que nunca los han admitido abiertamente.
Moscú ha advertido de que cualquier amenaza a su territorio constituiría una escalada que pudiera convertir a los países occidentales que proporcionan armas a Ucrania en objetivos legítimos.
