Entre la fiesta ‘importada’ de la Noche de Halloween y la tradición de ir a rendir culto a los difuntos en los cementerios se ha movido estos dos días Málaga. Si el lunes 31 por la noche y en especial la madrugada del día 1 dejó las habituales escenas de jóvenes disfrazados por las calles más céntricas ávidos de fiesta y de trasnoche, junto a los más pequeños con sus disfraces y sus calabazas de plástico reclamando “truco o trato” en casas y comercios para recibir la recompensa de las golosinas, el festivo Día de Todos los Santos ha puesto en escena de nuevo las numerosas visitas a tumbas y nichos, que se han limpiado y se han visto cubiertos de flores, como homenaje a los que se fueron para siempre.
Homenaje a las cofradías
También este martes el Cementerio Histórico de San Miguel ha querido rendir homenaje a la Agrupación de Cofradías con motivo de su Centenario fundacional y lo ha llevado a cabo con la ejecución y presentación de una nueva obra que formará parte del conjunto histórico y artístico del camposanto: un relieve realizado en bronce por el escultor malagueño Juan Vega.
La obra cuenta con una placa en la que se puede leer la siguiente leyenda: “A las Cofradías que contribuyeron a la construcción de la necrópolis, con el recuerdo de las generaciones de cofrades que aguardan la resurrección en este lugar sagrado. En el primer centenario de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Málaga. Noviembre 2022”.
En palabras de su autor, “el proceso creativo ha sido arduo e intenso, y en él, se han cuidado minuciosamente todos los detalles, especialmente la pátina aplicada al bronce, en la cual existen ciertas reminiscencias de los monumentos funerarios del siglo XIX”. La pieza, viene a rendir tributo a las cofradías y hermanos de las mismas que contribuyeron a la construcción de esta Necrópolis.
Se trata de un monumento a modo de “lapida funeraria” compuesto por elementos de corte figurativo con motivos fácilmente reconocibles y comprensibles para cualquier cofrade. Así en la parte izquierda, figura la imagen de un nazareno portando la antigua y simbólica insignia denominada “quitasangre”, banderola arrastrada por los suelos que ha pervivido en Málaga como señal de luto, por lo que la idea a transmitir gira en torno a la certeza de la muerte.