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Punta Umbría

El Thyssen muestra la obra culmen de Ghirlandaio

El mítico Retrato de Giovanna degli Albizzi Tornabuoni, que pintó Domenico Ghirlandaio hace 500 años, es el eje vertebrador de la exposición Ghirlandaio y el Renacimiento en Florencia, inaugurada ayer en el Museo Thyssen-Bornemisza.

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  • Un joven observa el ?Retrato de Giovanna degli Albizzi Tornabuoni? en el Museo Thyssen-Bornemisza. -
El mítico Retrato de Giovanna degli Albizzi Tornabuoni, que pintó Domenico Ghirlandaio hace 500 años, es el eje vertebrador de la exposición Ghirlandaio y el Renacimiento en Florencia, inaugurada ayer en el Museo Thyssen-Bornemisza.

De ocasión “única” ha sido calificada la muestra por Guillermo Solana, director artístico del Thyssen, en el acto de presentación al que acudió la baronesa Thyssen y Gert Jan van der Sman, comisario y especialista en el Renacimiento florentino.

Ghirlandaio y el Renacimiento en Florencia reúne 60 obras que giran entorno al retrato de Giovanna degli Albizzi Tornabuoni (1489-1490) para presentar cómo los talleres florentinos del Quattrocento renovaron el género del retrato y representaron temas clásicos como el amor y el matrimonio así como pasajes de la Biblia.

De esta manera, el Thyssen ha planteado una exposición sobre un período clave de la historia del arte renacentista a través de ese retrato que adquirió el Barón Thyssen en 1935 y es “la joya entre las joyas de la colección Thyssen”, dijo Solana.

Precisó que este retrato surge de un encargo que hizo Lorenzo al pintor renacentista como una forma de “trascender la muerte” de Giovanna, quien a los 20 años falleció al dar a luz a su segundo retoño.

Por lo que la pintura fue realizada a título póstumo; aspecto que ennoblece el talento y la sensibilidad con la que el artista llevó a cabo en esa tabla un amplio abanico de detalles a nivel de composición y, también, de técnica con una paleta de pigmentos bastante limitada.

A nivel histórico, Giovanna degli Albizzi es una de las obras culmen del Renacimiento italiano en cuanto al afán constante “de búsqueda de la belleza”, reseñó el comisario Gert Jan van der Sman, que quiso mostrarla en su contexto socio-económico.

Para dar al visitante una leve idea de la trascendencia de la tabla de Giovanna, que es el único retrato femenino del siglo XV del que se conoce su ubicación original, Van der Sman ha explicado que ha planteado un recorrido didáctico de una muestra que trata de desentrañar el enigma de ese cuadro.

Por lo que a partir de ese retrato –como si fuera la trama de una novela de aventuras– la muestra reúne un elenco de pinturas, esculturas, dibujos, manuscritos, libros de horas y medallas de bronce, principalmente, que albergaba Giovanna, esposa de Lorenzo Tornabuoni, en su palacio.

El fin de la aportación de esos elementos en esta muestra que, el comisario ha calificado de “la más grande de Ghirlandaio” realizada hasta la fecha, ha sido mostrar una “búsqueda de la unidad estética” entre el retrato de Giovanna y “la decoración desmesurada del Palacio del matrimonio”.

Así el Retrato de Giovanna que es “el alma de la exposición”, en palabras de Solana, convive en esta muestra que estará abierta hasta el próximo 10 de octubre con obras de autores tan renombrados como Botticelli, Verrocchio y Filippo y Filippino Lippi, entre otros.

Aunque destacan también otras dos tablas dotadas de una delicadeza sin parangón, como son El combate entre el Amor y la Castidad (1480-1490), de Gherardo di Fiovanni del Fora, y La Anunciación (c.1500), del pintor Biagio d’Antonio.

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