El stegomastodon era un mamífero herbívoro que podía llegar a pesar unas 4 toneladas y alcanzar los 2,7 metros de altura y que habitó en el oeste de Norteamérica y también América del Sur. El nombre de cuvieronius es debido al barón Georges Cuvier (1769-1832), naturalista francés, conocido entre otras cosas por ser el primero en descubrir los restos de un mastodonte.
Muestra
Actualmente, el Museo de Historia Natural exhibe unas 7.000 piezas entre fósiles, minerales e insectos. Está instalación abrió sus puertas en abril de 1999 tras suscribir el Ayuntamiento un convenio con Juan José Castillo González, que cedió su colección de fósiles y minerales. Posteriormente se sumó la colección de insectos de José Torres.
Los fondos de este museo, que figuran entre los más extensos de Europa, son de unos 50.000 fósiles, incluidos crustáceos y fauna marina de la Bahía de Algeciras- y minerales y de unos 70.000 insectos, entre los que se incluyen ejemplares del Parque Natural Los Alcornocales.
Entre las piezas más curiosas y atractivas se encuentran descomunales molares de mamut, huevos de dinosaurios petrificados en perfecto estado de conservación y un cráneo de cocodrilo del Cretácico, con 90 millones de años, que habitaba entonces en lo que hoy es el desierto del Sáhara.
Entre los fósiles más comunes figuran varios ejemplares de trilobites, de la era Primaria, peces del Brasil, Francia, Líbano, Estados Unidos y otros lugares del Jurásico, Cretácico, y Eoceno.
Asimismo destaca una gran colección de conchas marinas y fósiles de los alrededores de París, cuando hace millones de años esa zona estuvo invadida por el mar. Plantas fósiles de todo el mundo y braquiópodos completan este apartado. También reúne una vasta colección del multicolor mundo de los minerales.
El Museo de Fósiles y Minerales es permanente y tiene como sede el Pósito, un edificio del siglo XVIII. Abre todos lo días, de lunes a sábado, y la entrada es gratuita.