La ministra de Igualdad en funciones, Irene Montero, ha mostrado su apoyo a la jugadora de la selección española de fútbol, Jenni Hermoso, después de que la deportista haya pedido a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) que "adopte medidas ejemplares" tras ser besada sin permiso por el presidente de la RFEF, Luis Rubiales, en la entrega de trofeos del Mundial. "No está sola. Solo sí es sí", ha asegurado la ministra en un mensaje en la red social 'X'.
"Culpar a las mujeres de las violencias que sufren ('lo iba buscando', 'no se apartó') o de lo que deciden hacer después (si no denuncia 'no era para tanto', si responde 'le deja caer', 'le va a joder la vida') es cultura de la violación. Jenni Hermoso no está sola. Solo sí es sí", ha afirmado la ministra.
Estas declaraciones, recogidas por Europa Press, se producen después de que la jugadora se haya manifestado, a través de la Asociación de Futbolistas Profesionales (FUTPRO) y su agencia de representación, para que velen por sus "intereses" y para que la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) "adopte medidas ejemplares" al respecto.
"Uno de los elementos centrales del caso Rubiales es la impunidad con la que, al parecer, lleva comportándose así muchísimo tiempo. Esa es una de las cosas más importantes que nos ha traído el feminismo. Se acabó el silencio. Se acabó normalizar las violencias contra las mujeres", ha añadido por su parte la ministra en funciones de Derechos Sociales y Agenda 2023, Ione Belarra.
La ministra de Igualdad en funciones ya expresó su opinión sobre el asunto este pasado domingo, nada más estallar la polémica, cuando tachó el gesto de "violencia sexual" que sufren las mujeres "de forma cotidiana y hasta ahora invisible, y que no podemos normalizar".
"Tenemos derecho a vidas libres de violencias machistas. Para ello el consentimiento debe estar en el centro. Es un cambio legal, social, cultural, que necesita los esfuerzos de toda la sociedad. De la cultura de la violacion a la cultura del consentimiento. Solo sí es sí", añadió en un nuevo mensaje al día siguiente.
En este punto, indicó que "las agresiones sexuales son actos de naturaleza sexual no consentidos en cualquier ámbito público o privado. No se definen por la mucha o poca intensidad de la violencia o intimidación con la que se ejercen, sino por la ausencia de consentimiento".
Por ello, defendió que "poner el consentimiento en el centro significa reconocer que acciones que hasta ahora se consideraban normales o algo desgraciadamente cotidiano que había que tolerar, son violencia". "Como un beso no consentido o que tu jefe te manosee aprovechándose de su poder", precisó.
"La Ley de Libertad sexual establece que agresión es todo acto sexual sin consentimiento. No es la fuerza, violencia o intimidación ejercida -o que se consigue demostrar- lo que nos permite hablar de agresión sexual, sino la ausencia misma de consentimiento", indicó Montero al respecto y zanjó: "Es muy sencillo. Dos personas se besan si ambas quieren, si hay consentimiento. Solo sí es sí".