Paula Rodríguez (@paula. rodriguezmakeup) lleva creando arte desde 2016, año en el que conoció el mundo reborn- muñecas artesanales fabricadas en vinilo o silicona, tan realistas que llegan a tener la apariencia de un bebé real-, “vi un anuncio en internet de un reborn, me recordó tantísimo a mi niño, que entonces tenía un añito, me quedé prendada, me puse a investigar y di con un curso para aprender a hacerlos, como siempre me han gustado las manualidades no me lo pensé mucho, y me apunté”, explica esta joven chiclanera, que señala que “lo que empezó como un hobby, terminó convirtiéndose en mi trabajo durante unos años, aunque actualmente me dedico a la peluquería y el maquillaje”.
Paula explica que, al principio, no fue fácil, “la primera vez que acudí a una exposición me di cuenta del valor que tenían estas creaciones, yo no iba nada preparada, pero fui aprendiendo”, hasta conseguir montar tres exposiciones reborn que han resultado todo un éxito.
Esta chiclanera tiene pasión por los reborn de vinilo, “son los que tienen el cuerpecito de trapo y las extremidades de vinilo. Se pintan como la pintura al agua, es decir puedes pintar una capa, luego continuar, a mí me gusta más que la silicona, porque la silicona usa productos más tóxicos y tienes que llevar mascarilla y además, tener una habitación preparada. Por otro lado, es cierto que la silicona es más blandita, pero con el vinilo consigues más detalles y luego se conservan mejor que los bebés de silicona”, apunta Paula, quien indica que “suelo tardar dos semanas si es por encargo, si voy por libre, entonces me recreo más y dedico a cada reborn tres semanas o incluso un mes”. Los precios de estos muñecos en el mercado oscilan desde los 300 euros para los realizados en vinilo, y desde 600 hasta los 3.500 si son de silicona y, además, ediciones limitadas.
Todo en el mundo reborn es arte, de hecho, Paula está especializada en el pelo pintado 3d, a lo que le dedica horas. Aunque es un proceso duro, asegura que “disfruto muchísimo, y además, a veces te pasan cosas preciosas, como por ejemplo, hice una exposición, y una mujer se enamoró de uno de mis bebés, costaba 1.000 euros, y me dijo que no podía pagarlo, pero entonces, su marido, sin que ella, se diera cuenta, me pidió que se lo guardase para navidades, el vídeo que recibí de la mujer cuando le dio la muñeca fue increíble”.
Paula también explica que el mundo reborn al principio sufrió mala fama, “salió un reportaje en televisión acerca de los reborn de si las coleccionistas eran mujeres que no podían tener bebés o que tenían problemas de salud mental, y la realidad no es así, el mercado es muy amplio y hay coleccionistas de todo tipo”.
Ahora, Paula, junto con el Ayuntamiento de Chiclana, ha vuelto a montar otra exposición más en la Sala Box, se trata de la muestra y venta de muñecos reborn de más de 20 artistas, cuya entrada, como viene siendo habitual, ha sido gratuita, pero los beneficios del sorteo que han realizado entre los asistentes van destinados a la campaña Ningún Niño sin Juguetes, de la Asociación de Reyes Magos.
