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Vaya c...de desfile

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En una sociedad moderna como la nuestra, no vale –como diría aquél– sólo con “ser bueno” y “aparentarlo”, sino que además, tenemos que “demostrarlo” .
Los medios tecnológicos de los que disponemos hoy, tienen –como ya he dicho en muchas ocasiones– su ambivalencia. De un lado nos permite comunicarnos con rapidez y fluidez prácticamente en tiempo real, y de otro, nos puede jugar malas pasadas por su omnipresente presencia en todos los espacios, tanto individuales como colectivos. Es por ello, que debemos de ser conscientes de su importancia y el alcance de su eco, máxime cuando algunos/as tienen las mismas caras que una moneda –o sea dos–, pretendiendo además convertirse en paradigmas de la honradez.
No cabe ninguna duda, que el líder del PP, Mariano Rajoy se ha caído con todo el equipo puesto. Porque si bien es cierto que en numerosas ocasiones han sido muchos y variados a los que han cogido in fraganti diciendo lo que no debían, no lo es menos que en esta ocasión este hecho es de suma gravedad, por más que algunos/as le quieran quitar hierro al asunto.
Palabras malsonantes, gestos inoportunos y algún que otro comentario fuera de tono perteneciente al ámbito privado, no es lo mismo que decir absolutamente lo contrario de lo que uno piensa, con el agravante añadido que es parte fundamental de su discurso político.
Y es que a partir de ahora ¿quién va a creer a esta persona cuando realice declaraciones? Estoy seguro que al mismo instante de oírlas nos estaremos preguntando ¿será verdad lo que dice? o mejor dicho ¿Dice lo que piensa?
Ya saben ustedes que he comentado en multitud de ocasiones, que aún sin cambiar de opinión sobre los hechos, éstos, al verlos o analizarlos desde prismas diferentes, sí que los podemos percibir de otra forma. Como dice el dicho: “Nada es verdad ni nada es mentira todo depende del color del cristal con que se mira”. O éste otro que dice “la cabeza piensa según donde pisan los pies”.
De cualquier forma, tampoco es ilícito que una persona pueda cambiar de opinión. Pienso que muchas de las graves situaciones que ocurren en nuestro mundo tendrían una solución más rápida y eficaz si los seres humanos fuésemos capaces de aceptar nuestros errores –haberlos haylos– y aprender de ellos. Estoy completamente seguro que otro “gallo nos cantaría y otras situaciones se producirían”.
¿O no es cierto que cuando vemos ciertas imágenes en televisión, todos/as nos hacemos rápidamente un examen de conciencia, proponiéndonos en ese momento ser los más buenos/as del mundo mundial?
Por desgracia, este acongojamiento nos dura menos que una pompa de jabón y al instante volvemos a convertirnos en Mr. Hyde o Dr. Jekyll, o lo que es lo mismo, esa dualidad de la que hacemos gala los seres humanos.
Es por ello, que quien suscribe, siempre trata de huir de ser modelo de nada ni de nadie. Cada cual tiene que realizar su camino en la vida y conseguir sus propias metas, siempre en base al bien común. De lo contrario, podemos caer en el mismo error que otros muchos han padecido, y que no es otro que creerse que son los grandes iconos de nuestra sociedad a los que todos/as seguimos y veneramos consiguiendo su endiosamiento. No prueben a hacerlo, no les vaya a pasar como a Rajoy y se atraganten como él, que dicho sea de paso, también lo podía haber dicho en masculino. Ya saben ustedes.

jmjgutierrez@ hotmail.com

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