El Ayuntamiento de Almería ha encargado la confección de un informe pericial a un perito veterinario externo para que determine la "inexistencia o no de relación de causalidad" del ruido derivado de los conciertos del ciclo Alamar con la muerte de cuatro ejemplares vulnerables de gacela y un arruí en la Finca Experimental La Hoya el pasado mes de junio tal y como sostienen los científicos de la EEZA-CSIC.
En concreto, el Consistorio ha destinado 14.864 euros para la contratación de esta asistencia técnica y servicio de veterinaria a un profesional de Madrid mediante un contrato menor a través del Área de Sostenibilidad Medioambiental y Energética, según consta en el acuerdo suscrito el pasado 4 de octubre, consultado por Europa Press.
Conforme al contrato establecido, se da un plazo de 20 días al veterinario contratado para que analice en base a la "documentación existente en el expediente" si pudo existir algún tipo de relación entre los conciertos celebrados por el Ayuntamiento en los Jardines del Mediterráneo entre el 19 y 22 de junio y el fallecimiento por "estrés y agitación" de los ungulados.
El peritaje ha sido encargado a un veterinario de reconocido prestigio y trayectoria internacional, con experiencia en diversos procesos judiciales vinculados a casos de maltrato animal, si bien su práxis se verá limitada a los documentos y prácticas realizadas ya por los miembros de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA).
Con este informe, el Ayuntamiento contará con una herramienta más ante la investigación abierta por el Juzgado de Instrucción número 2 de Almería por un posible delito contra el bienestar animal tras la denuncia efectuada por el PSOE al respecto, a la que se incorporaron las de otros colectivos que se dirigieron a la Fiscalía, la cual también abrió diligencias de investigación inicialmente.
Precisamente obra ya en poder de la jueza instructora los informes de necropsia efectuados la veterinaria del instituto de investigación, Sonia Domínguez, quien apuntó, según el órgano científico, que las causas de las muertes de los ejemplares fueron "la desatención materna de una de las crías", "un aborto" y "distintas lesiones traumáticas", todas ellas "provocadas como consecuencia del estrés y agitación provocados por los conciertos" del festival Alamar.
Desde el instituto de investigación habían solicitado el traslado de los conciertos programados en el Parque de la Hoya a otro emplazamiento "debido a los problemas de salud que podían provocar a las especies de ungulados" que se ubican en la Finca Experimental; una petición que fue atendida para el resto de conciertos previstos este verano tras la muerte de estos ejemplares por "precaución", según la alcaldesa de Almería, María del Mar Vázquez.
El Ayuntamiento de Almería ha defendido siempre la "compatibilidad" entre el parque de rescate sahariano y los espectáculos, al considerar estos eventos como "conciertos semiacústicos de bajo impacto sonoro", que en cualquier caso serían inocuos para los 400 ejemplares que acoge la reserva situada a pocos metros.
Así, según avanzó el Consistorio, los informes de medición y telemetría del limitador que se empleó en los conciertos celebrados indicaban que "no se superaron los 65 decibelios en el exterior de la muralla", por lo que calculaban que en el interior de la Finca Experimental se habrían alcanzado, según sus cifras, unos "58 decibelios", aunque la afección a las especies no ha sido objeto de estudio municipal.
El propio edil de Cultura, Diego Cruz, aseguró que se habían cumplido "todas las medidas" para garantizar el "mínimo impacto sonoro" que, según ha insistido, "no superaba el sonido de un teléfono" de acuerdo a sus documentos.
En este sentido, la jueza solicitó al Ayuntamiento un informe relativo a los conciertos que se había celebrado, el informe técnico que avalaba la celebración del evento y las medidas de decibelios que se habían realizado.
