El candidato de centroizquierda Giuliano Pisapia, perteneciente al Partido Demócrata (PD), alcanzó el 55,10 por ciento de los votos en Milán, frente al 44,89 por ciento de la representante del partido gubernamental Pueblo de la Libertad (PDL), Letizia Moratti, según los resultados definitivos publicados por el Ministerio de Interior.
El desempate entre los candidatos de Milán ha dejado una ventaja para el PD de diez puntos porcentuales frente al PDL en la capital económica del país, ciudad natal de Berlusconi y escenario, además, de los cuatro procesos abiertos contra el mandatario.
También en Nápoles, otra de las alcaldías más importantes en juego, el candidato de centroizquierda, el ex juez Luigi De Magistris, de Italia de los Valores (IDV), se impuso con un aplastante 65,37 por ciento frente a un 34,62 por ciento obtenido por el candidato de centroderecha (PDL) Gianni Lettieri.
En la capital de la región Campania la primera vuelta ya dejó fuera al candidato del PD, Mario Morcone, que recibió un batacazo tras 15 años de gobierno de centroizquierda y al que pasaron factura los numerosos escándalos de corrupción internos y su mala gestión de las crisis de la basura que han azotado la ciudad.
La primera reacción al descalabro del centroderecha fue la dimisión del coordinador del Pueblo de la Libertad (PDL), Sandro Bondi, con el argumento de que Berlusconi debe hacerse cargo "del futuro del partido".
Y es que la victoria de Pisapia, un abogado de talante moderado y dialogante, supone el final del gobierno de centroderecha tras casi 20 años en el poder en la capital lombarda.
Los resultados en Milán suponen un duro revés para Berlusconi, quien planteó estas elecciones como un plebiscito para su Gobierno y advirtió a los electores de que si ganaba la izquierda, la ciudad se convertiría en "una gitanópolis islámica" o en "un Stalingrado de Italia".
Ante la posibilidad de perder la alcaldía de la capital económica del país, Berlusconi llegó incluso a plantear el traslado de dos ministerios a Milán la pasada semana tras el revés de la primera vuelta, donde Pisapia ya quedó por delante en las preferencias de los electores.
La propuesta fue un intento de Berlusconi para apaciguar los ánimos de sus socios de la Liga Norte (LN), cuyo malestar quedó patente en estos últimos días en las declaraciones de su líder, Umberto Bossi, quien dijo: "Antes el PDL ganaba votos con la Liga, ahora la Liga pierde votos con el PDL".
Otra de las alcaldías en juego era la de Cagliari, en la isla de Cerdeña, donde el joven de centroizquierda del PD, Massimo Zeda, se impuso con un 59,42 por ciento a un candidato de largo recorrido como Massimo Fantola, del PDL, quien consiguió un 40,57 por ciento de los votos.
En estas elecciones municipales parciales Italia renovaba 1.315 ayuntamientos y 11 diputaciones provinciales, la mayoría de las cuales quedaron decididas en la primera vuelta celebrada los pasados 15 y 16 de mayo.
De las 30 capitales en las que se votó en la primera vuelta, en Bolonia, conocida como "La Roja", y en Turín, la capital industrial y sede de la automovilística Fiat, ganó el centroizquierda en la primera vuelta, por lo que la pérdida de la próspera Milán por el centroderecha supone dejar las ciudades más ricas del norte en manos de los progresistas.