“Jugadores mercenarios”, “estos jugadores no sienten los colores” y gritos contra Joaquín Morales. Fue el triste epílogo a otro ridículo del Xerez, a otra derrota con una imagen lamentable que deja al equipo al borde del abismo y con muchas interrogantes que responder.
Quedó claro que la culpa de las derrotas del Xerez no las tenía en exclusividad Toni. Salió Chema de titular, nueva derrota y otra goleada en contra. Va a ser que el problema no es del ocupante de la portería, sino que es otro a analizar. El Xerez volvió a rozar el ridículo. El Murcia lo ha dejado tocado y casi hundido e incluso si el Hércules gana puede meterse en zona de descenso. Siete goles a favor y quince en contra. Siete partidos de Liga jugados, dos ganados y cinco perdidos. Números de tomar la vía más rápida para meterse en ese pozo del que luego tan difícil es salir. Y es que lo de este equipo es una cadena de despropósitos. El 0-1 llegó tras una pérdida de balón de Mendoza, contra por la derecha, la izquierda azulina, y remate cruzado de Cristián Russo que batió a Chema. Minuto 36 y primer disparo a puerta del cuadro pimentonero. La historia de los pasados seis partidos. Una llegada a puerta y gol.
El Xerez, hasta ese instante, había tenido el balón, había dominado, pero de manera infructuosa. Sin disparar a puerta. Una sola vez. Una falta que sacó José Vega y el esférico se fue a la parte externa del poste derecho de la meta defendida por un Javi Jiménez que tuvo una tarde de lo más plácida. Si llega a pegar el sol sale de Jerez con un moreno envidiable. Vélez después de la falta no supo controlar en el área pequeña. Todo eso era lo que había sucedido antes dele gol visitante. Control inútil, dos mil pases horizontales, pero cuando de dar verticalidad al ataque tocaba nada de nada.
Además, la moral de los azulinos está frágil, frágil. Tras el gol encajado, vino el despropósito. Molinero pudo marcar el 0-2 pero Chema, en su palo, envió a la esquina y un minuto después, tras el córner, se produce una jugada que no se ve siquiera en el patio del colegio. Bruno mira al cielo, Chema no sale, el balón está en el área pequeña, muchos azules, pero la pierna de Óscar Sánchez es la que empala para enviar el esférico a la red. Una jugada absurda donde las haya que finiquitó el partido, porque en el Xerez ni se veía actitud ni tampoco la aptitud suficiente para darle la vuelta al marcador.
Y así fue. El segundo tiempo sobró. El Murcia esperó en su campo para sorprender en una contra o en un despiste local. José Vega, que fue de los pocos activos y fue sustituido, disparó desde lejos flojo a las manos de Javi Jiménez . Russo envió fuera y, en el 74, otro despropósito con una acción combinativa de la delantera del Murcia más propia de dibujos animados que de un partido de la Liga de Fútbol Profesional. Y en el 87 apareció Russo y Emilio fusiló el tercero. Tato falló un penalti en el 90 para sorna de la afición. Lamentable y triste.
