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Cuando la diferencia vuelve a ser Messi

En un trabajo más funcionarial que vistoso, el Barça sigue sin inmutarse en la Liga. Volvió a mostrar dudas en defensa, pero su calidad en ataque es tal, que resuelve cualquier problema

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Dos goles y una asistencia. Leo Messi volvió a ser la diferencia y guió al Barcelona a su undécima victoria en doce partidos, esta vez frente al Zaragoza (3-1) en un partido en el que los de Tito Vilanova no necesitaron su mejor versión para imponerse.

En un trabajo más funcionarial que vistoso, el Barça sigue sin inmutarse en la Liga. Volvió a mostrar dudas en defensa, pero su calidad en ataque es tal, que resuelve cualquier problema.

La enorme calidad ofensiva volvió a salvar nuevamente al Barcelona. Ni el regreso de la pareja de centrales titular (Piqué, Puyol) redujo el índice de sobresaltos en el área de Valdés, que volvió a encajar un gol después de una acción a balón parado, tras un saque de esquina.

Piqué y Puyol volvieron a jugar de nuevo juntos en el Camp Nou siete meses después, pero los problemas del Barça no están en el eje. Los rivales, con muy poco marcan, el Zaragoza equilibró el partido en la primera ocasión que tuvo.

En la primera parte, el Barça, sin el sancionado Busquets ni tampoco con Cesc -que por una vez no jugó de titular en la Liga- ni con Mascherano -que se quedó en el banquillo-, vivió de las conexiones en la banda izquierda, donde Alba lució y se asoció cuantas veces pudo con Iniesta, Villa y con Messi.

En la zona de creación, con Song de pivote y Xavi e Iniesta como organizadores, los de Vilanova no estuvieron tan fluidos. De hecho, la defensa adelantada planteada por Manolo Jiménez creó problemas a los azulgrana, a quien les costó jugar con pases interiores.

Y eso que Messi, que tuvo una ocasión de las que no falla en el minuto 2, puso por delante a su equipo en el 16. Una jugada iniciada por Villa que Alba llevó a la línea de fondo y el argentino acertó a marcar.

El problema para los locales es que el Zaragoza, que había avisado con un par de acciones de Zuculini y de Montañés, empató en la primera ocasión que tuvo. Un mal despeje de un saque de esquina de Montoya y un disparo de Montañés que desvió Puyol.

El gol no alteró ni el ritmo ni el juego de los azulgrana. Song recogió un pase de Messi y marcó el 2-1 en el minuto 28. El camerunés se convirtió en el duodécimo jugador del Barça que anota esta temporada.

Hasta el final del primer tiempo, un par de avisos del Zaragoza, y una mayor participación por parte de Apoño en el juego de su equipo. Iniesta, en una buena combinación con Messi, tuvo cerca el 3-1.

Como si de un ejercicio funcionarial se tratara, el Barcelona no forzó la máquina en el inicio del segundo tiempo. Se dedicó a jugar sin arriesgar, a asegurar el pase y a buscar algún destello para decidir el partido.

Pero nada de eso ocurrió hasta el minuto 61. Entonces apareció Leo Messi. Combinó el argentino con Montoya, jugó de vuelta para Messi y su remate desde el pico del área dio en el palo y entró.

Con el 3-1 y la entrada en el campo de Tello por Villa, el Barça fue más directo. Manolo Jiménez decidió arriesgar y jugó unos minutos con dos puntas, al poner a Postiga en el juego. Puyol fue sustituido por Bartra (m.76), pero para entonces, el Barcelona ya se había despertado.

En el cuarto de hora final, los azulgrana pudieron incrementar su diferencia. Tello se cansó de llegar hasta la línea de fondo y centrar, Iniesta remató al palo de la meta de Roberto, pero no hubo más goles.

Messi volvió a ser letal y su equipo suma 34 puntos sobre 36 posibles. No se cansa de marcar el argentino. Suma diecisiete goles en la Liga, su número 78 desde que empezó 2012 y esta a sólo siete de igualar los 85 de Gerd Müller, el jugador que más tantos marcó en un año natural.

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