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Jerez

“La conquista de la asignatura de Religión ha sido de los padres”

"La iglesia no va ir nunca a la huelga. A los pobres se les sirve, no se les utiliza”

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  • Carlos Amigo Vallejo -

Carlos Amigo Vallejo estuvo en Jerez con motivo de la festividad de María Auxiliadora, interviniendo en el último día de la novena en el Santuario y presidiendo la inauguración del monumento a Don Bosco en las mismas puertas del colegio salesiano Purísima Concepción-Manuel Lora Tamayo que este año celebra su primer cincuentenario. El cardenal y arzobispo emérito de Sevilla dio la enhorabuena a la comunidad salesiana, destacando que  “el gran valor de Jerez es que en Jerez nadie se siente extranjero, todos podemos sentirnos en casa. Esta ciudad es conocida por tantas cosas importantes como sus caballos y sus vinos, y tantas facetas de la cultura en las que tiene sus propias señas de identidad”. Señas de identidad tienen también los salesianos...
— Cuando se trata de una obra salesiana, una celebración va más allá de lo que es la celebración de un colegio o de unas escuelas de formación profesional, porque los salesianos imprimen mucho en la gente joven, una dimensión de estar presentes en el mundo y con la juventud y me agrada mucho esta celebración de Jerez porque se une lo que es propiamente juvenil a una devoción del pueblo como es María Auxiliadora y con el espíritu de Don Bosco, de una mirada muy positiva. Siempre, y sobre todo en estos tiempos, que se tenga una mirada de esperanza y ánimo a los jóvenes es muy importante.
— ¿El pueblo, no solo la juventud, puede tener esperanza con todo lo que está cayendo en estos años de crisis galopante?  
— Suele decirse que la esperanza es lo último que se pierde. No se pierde nunca. Siempre quedas un resquicio, pero la esperanza no es un conformismo, no es eso de hay que aguantarse. No, no, de ninguna de las maneras. La esperanza tiene que ser un estímulo y mientras haya un poco de rescoldo allí, debajo de un montón de cenizas, hay que seguir luchando. No hay cosa más opuesta a la esperanza que tirar la toalla antes de haber comenzado a a jugar. Eso no es bueno.
— Tampoco lo es ese juego peligroso en el que entra determinada juventud.
— Ese juego es peligrosísimo. Hablamos, por ejemplo, de la cantidad de jóvenes que, desilusionados, dicen que no siguen estudiando. Para qué, se preguntan.  Para ir al paro, dicen, no merece la pena. No digamos nada de aquellos que van por el camino de la droga o  el juego, el alcohol o todo lo demás. Esto es lo más absurdo que se puede hacer. Es decir poco menos que vamos a curar las penas dejando de ser personas. Esto es absurdo, absurdo completamente.
— ¿Dejar de ser personas es abandonar también a Dios?
— Sí. La persona se va de Dios, pero Dios no se va de esa persona. Uno se ha alejado de la casa de sus padres, pero el hijo continúa en el corazón de esos padres. Incluso el hijo puede haber muerto, pero muerto para los demás no para su padre y su madre. Vive en sus corazones y en sus afectos. Lo que ocurre cuando el joven se aleja de Dios es que se aleja de muchas otras cosas más. Cuando uno se aleja de Dios es que se ha alejado de su familia, de sus responsabilidades como joven, de sus responsabilidades con la sociedad, con los amigos. Cuando uno se aleja de Dios resulta que se ha alejado de muchísimas cosas y se ha centrado en uno mismo. A veces, el gran defecto del joven es el egocentrismo, quiere que todo gire en torno a él. Dice que no le ayudan y quizás el joven tiene que pensar que es él quien tiene que ayudar a los demás.
Nació  en Medina de Rioseco, Valladolid, el 23 de agosto de 1934. Inició  estudios de Medicina en la Facultad de Valladolid, que pronto abandonó para ingresar en el noviciado de la Orden de Hermanos Menores franciscanos. Se ordena sacerdote y, en Roma, cursa estudios de Filosofía. Destinado a Madrid, compagina los estudios de Psicología en la Universidad central con el profesorado en centros de educación especial. Imparte clases de Filosofía de la Ciencia y de Antropología. En 1970 es nombrado Provincial de la Provincia Franciscana de Santiago. El 17 de diciembre de 1973 es nombrado Arzobispo de Tánger. En febrero de 1976, en Trípoli (Libia) participa, como miembro de la delegación de la Santa Sede, en el Seminario de diálogo Islamo-Cristiano, patrocinado por el Secretariado Pontificio para los no cristianos y la República Árabe de Libia. Un año más tarde asiste al Sínodo de los Obispos como delegado de los obispos de la Conferencia Episcopal del Norte de África. El 22 de mayo de 1982 es nombrado Arzobispo de Sevilla. En octubre de 1983 asiste al Sínodo de los Obispos como miembro designado por el Papa. En 1984 es nombrado presidente de la Comisión Episcopal para el V Centenario de la Evangelización de América. En Consistorio Ordinario Público, celebrado en la Plaza de San Pedro el día 21 de octubre de 2003, S.S.  Juan Pablo II lo crea Cardenal. El 5 de noviembre de 2009 Benedicto XVI aceptó su renuncia al gobierno de la diócesis por motivos de edad. El 23 de mayo de 2011 recibió el título de Hijo Adoptivo de la Provincia de Sevilla. Y el 22 de septiembre de 2012, Benedicto XVI le nombró enviado especial a San Juan de Puerto Rico en la clausura del V centenario de la llegada a Puerto Rico del primer obispo. Una biografía extensísima de un hombre de Iglesia al que se le pide un mensaje de esa misma Iglesia.
— El mensaje siempre es el del Evangelio. La Iglesia no tiene soluciones técnicas. Ayuda de una forma subsidiaria en acciones caritativas, sociales, promoviendo empleo dentro de los límites en los que puede hacerlo, pero no tiene soluciones técnicas cas y su mensaje es el del Evangelio que es fundamentalmente el Mandamiento Nuevo, que es amaos los unos a los otros, pero eso no es darse un abrazo, sino ponerse al lado del hermano desvalido, del pobre, del que está sin esperanza y ayudarle a que siga hacia adelante, pero con obras y no con palabras porque las palabras solas no convencen.
—Obras son las que la Iglesia realiza a través de Cáritas.
— Diremos que Cáritas de una forma organizada hace un labor admirable. En Cáritas internacional, en Cáritas nacional, la Cáritas de la diócesis, de la parroquia. Está haciendo una labor desbordante, increíble, sacando dinero de donde puede, comprometiendo a muchas personas, de voluntario. Y no solo con acciones como las de abrir comedores, que se abren, sino promoviendo empleo, sobre todo empleo juvenil, con talleres de los llamados de los antiguos oficios para que, en poco tiempo, puedan tener una capacitación digna para un trabajo. En esto los salesianos han hecho y están haciendo cosas admirables.  ¿Y esto está reconocido? A veces, pero cuando uno hace el bien no tiene que buscar el aplauso. La Iglesia no está preocupada por su credibilidad en el aplauso, sino por ser coherente con aquello que debe ser su misión de ayudar a los demás, según el Evangelio.
— Cáritas Andalucía ha salido a la palestra con el tema de la nueva Ley de Exclusión de la Junta.
— Sí, a veces le sorprende a uno esta insensibilidad. Son situaciones económicas límites, pero a la hora de los famosos recortes hay espacios donde poco hay que recortar, porque todo es necesidad. Pienso en las acciones sociales. Poco hay que recortar ahí y sí mucho que aportar. Después está  sanidad o educación. Ahí es en lo último que hay que recortar.  
— Justamente hace una semana le hacía una entrevista al ex embajador de España ante la Sante Sede, Francisco Vázquez, y comentaba que Dios le librase de que un día todas las instituciones de la Iglesia se pusiesen en huelga.
— No se preocupe. La Iglesia no va a hacer huelga. Recuerdo una vez un alcalde, he estado veintiocho años en Sevilla y he conocido distintos alcaldes y las relaciones siempre han sido cordiales y positivas. Le digo que fui a ver a ese alcalde precisamente por uno de los comedores que teníamos  que necesitaba ayuda. Nos ayudaba el Ayuntamiento pero de una forma muy pequeñita y le dije “mire usted señor alcalde mañana esas cientos de personas a las que estamos dando de comer a diario van a venir a ponerse delante del Ayuntamiento”. Y me dijo “eso no se atreve usted a hacerlo”. Me lo dijo, lógicamente, en un tono cariñoso y le contesté que qué bien nos conocía. No podemos utilizar a los pobres de ninguna de las maneras. A los pobres se les sirve, pero no se les utiliza como un trofeo para exhibirlos..
— Ahora, cambiando de asunto, lo que se exhiben son las buenas relaciones entre Iglesia y Estado.
—  Sí, pero con el Gobierno también, excepto...
—  El tema del aborto.     
— Eso es tan fundamental.  
— La Iglesia habla del derecho a la vida.
— Y del derecho de la persona. El derecho de la persona a vivir. Yo hago con mi cuerpo lo que quiero. Sí, pero no con el cuerpo de los demás. Hay un cuerpo que no es tuyo aunque viva dentro de tí. Es como decir yo con mis hijos hago lo que quiero. De ninguna forma. Ellos tienen sus derechos. También hubo algún problema con el anterior Gobierno en temas de educación. Y siempre habrá temas. Incluso en los mejores momentos porque siempre hay algunos puntos de roce, puntos en los que no estamos de acuerdo porque ningún partido político agota el Evangelio. Hay cosas en las que no podemos estar de acuerdo desde nuestra fe cristiana, lo que no quiere decir que en aquello en lo que podamos colaborar colaboremos y mucho más. Mire, los ciudadanos no son de la Iglesia ni del Estado y entre todos tenemos que ayudar a que sigan hacia adelante y se reconozcan sus derechos en los ámbitos que a cada cual le corresponda. Ya dije que no tenemos soluciones técnicas pero sí podemos echar una mano para que se resuelvan los problemas, esa es nuestra obligación.        
— Ya, pero la Conferencia Episcopal se ha apuntado un tanto a favor con la admisión de la asignatura de Religión como una asignatura más en el cuadro lectivo..
— No lo ha conseguido la Conferencia Episcopal 
— Ha sido un acuerdo con la Santa Sede.           
— La conquista ha sido de los padres de los padres de los alumnos, que tienen derecho a que sus hijos tengan una educación completa y, dentro de ellas, no puede faltar este ámbito religioso, pero, repito, es una conquista de los ciudadanos españoles, también de los que son musulmanes o judíos, que también tienen derecho a que sus hijos reciban esa religión. Los que lo han conseguido son los padres. La Conferencia Episcopal expresa su opinión, como es su obligación hacerlo. Lo que es no es de recibo es que ahora se diga que hay que denunciar los acuerdos con la Santa Sede. Qué tiene que ver una cosa con la otra. Parece una pataleta absurda. Los derechos son de los padres, no se la Conferencia Episcopal. La Conferencia lo que hace es apoyar los derechos que tienen las personas, en este caso a una educación completa.
— La religión como caballo de batalla. La religión católica tiene un nuevo Papa. Usted estuvo en el cónclave. Ya estuvo en en el de la elección de Benedicto XVI ¿Aporta aire fresco a esta Iglesia el Papa Francisco?
—El Papa lo que nos está aportando son una serie de actitudes con las que todos estamos de acuerdo. Seamos creyentes o no creyentes. Yo tengo amigos o personas conocidas que son precisamente muy practicantes y me dicen lo que bien que les cae este Papa. Sus actitudes de sencillez, de humildad, de cariño a la gente, de ternura, de hablar de Dios con un sentido de misericordia..,todo esto, en medio de tantos agobios, la frescura de estos valores que está predicando el Papa nos está envelesando a todos.
— Bien. ¿Pero todo esto indica que la Iglesia va a vivir tiempos nuevos, que se va a modernizar?
— Todos los días son tiempos nuevos para la Iglesia. Los días no se repiten y siempre está la novedad permanente. Piense usted lo que han sido los últimos Papas. Después de Pío XII, viene Juan XXIII y Pablo VI y Juan Pablo II que los desborda a todos. Después este Papa tan sencillo como Benedicto XVI que ha hecho obras admirables, casi sin que nos diésemos cuenta, aunque el pobre después tuvo esas limitaciones físicas que le impidieron seguir hacia adelante y, en ese momento, tiene la humildad y la inteligencia de renunciar. Siempre es un tiempo nuevo porque Dios, en cada momento, envía al Papa que la Iglesia necesita y esto es un convencimiento que especialmente en los últimos Papa lo hemos visto. En cada momento llega el Papa que, en cada circunstancia, se necesita. 
— No me termina de responder a la interrogante de si la Iglesia se va adaptar a las nuevas sociedades, a estos tiempos.
— La Iglesia no tiene que estar preocupada por adaptarse sino por ser fiel y ser fiel al Evangelio también es correr con los tiempos, pero, sin perder, como en las carreras de relevo, el testigo. Hay que correr y adaptarse al tiempo, pero no puede perder el testigo, es decir el Evangelio    
— La religiosidad popular aquí en Andalucía, creo, ayuda a que no se pierda el norte del Evangelio.
—  Es una gran ayuda. Y la religiosidad popular no es tan solo este mundo tan positivo de las hermandades, sino que es ese gran amor que hay en Andalucía a la Santísima Virgen, tan metida en diez mil advocaciones distintas, pero siempre es la Madre de Dios. El andaluz lo tiene muy claro. Está convencido y sabe que es su Madre. Esta religiosidad llega a personas que dicen no ser muy creyentes. A la Virgen que ni la toquen. Eso es un sentimiento muy arraigado y eso hace que la vida de fe, con muchas dificultades porque también son muchos los problemas y muchas las situaciones en las que no se ha dado un buen ejemplo, siga adelante. La Iglesia en Andalucía tiene a su favor el pueblo.  
— ¿Y la Iglesia cuida esa religiosidad popular?.
— Quizá tenga que preocuparse un poco más para quitar aquello que no puede ser del todo perfecto y volcarse con lo que debe ser la autenticidad. Las hermandades están muy sensibilizadas con la caridad y la ayuda social. Tendrán muchos defectos pero hay que reconocer que están haciendo obras de apoyo constantes y hay que quitarse el sombrero. Soy testigo de la sensibilidad que hay en las hermandades de Sevilla, que es lo que conozco, en estos temas. Puedo contar diez mil anécdotas. Hay un hermandad que me dice el párroco que no le va a poner flores a la Virgen porque es un barrio con parados y hay que ayudarles. Me apareció bien. Fui a su salida en la Estación de Penitencia y la Virgen llevaba más flores que nunca. ¿No me dijiste que? Sí, pero las flores las han pagado los parados. La Virgen no podía ir sin flores, una sensibilidad religiosa impresionante. Como impresionante ha sido el avance de las cofradías en el tema de la caridad.

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