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San Fernando

“Conozco mis limitaciones y sé que la más grande es la de ser una mujer”

Entrenadora nacional de fútbol e ingeniero industrial, ha apostado por un mundo de hombres y tremendamente machista, "aunque cada vez somos más mujeres".

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Lola Olmo Pavón es la primera entrenadora nacional en la provincia de Cádiz, algo que no se consigue en una tómbola sino con mucho estudio. Y si no hubiera sido entrenadora de fútbol lo hubiera sido de cualquier otro deporte, porque prácticamente nació en un banquillo. Su padre fue durante más de veinte años presidente de la Federación Gaditana de Baloncesto, su madre jugadora de baloncesto. En su ADN lleva el deporte grabado a fuego y el coraje para luchar en un mundo de hombres en busca de un puesto que el día de mañana le permita demostrar sus conocimientos.  Ahora, con 32 años y la carrera de ingeniero naval a sus espaldas, tiene mucho que aprender sobre fútbol y sobre la vida, pero ya sabe sobre fisioterapia, y además sobre algo tan distinto como es la danza que comenzó a practicar con tres años.

—Es un mundo machista en el que las mujeres nos estamos abriendo paso muy lentamente, pero cada vez hay más mujeres. Yo empecé a entrenar en el equipo femenino del San Fernando, que era un sub-15 y tenía 8 ó 9 niñas. Hoy en día tiene un equipo sub-15 con 12 ó 14 futbolistas, un equipo de niñas de escuelas bastante numeroso y un senior con veintitantas jugadoras. Hace tres años éramos seis equipos en la competición y ahora en el sub-15 hay 11 ó 12 equipos y en la categoría senior, en el primero año que se hizo como fútbol 11 éramos 12 equipos en la provincia, además del Campo de Gibraltar que tiene otra liga senior.
 

—¿Qué cualidades tiene que tener una persona para entrenar a un equipo, además de la de liderazgo?
—Liderazgo y ser buena persona. Eso es lo más importante en la vida y en el fútbol. Tener unos mínimos conocimientos, pero todo eso se aprende. Pero tener conocimientos y ser mala persona… terminas echándote a la gente encima. Si eres buena persona, aunque tengas pocos conocimientos, el resto del grupo te ayudará siempre a seguir.
 

—¿Y no puede ser que si eres buena persona te coman los demás, se te echen encima?
—No creo. Con un poquito de disciplina no creo que se te eche encima nadie.
 

—Puño de hierro en guante de terciopelo.
—Algo así. En lo poco que llevo vivido he visto entrenadores de todo tipo y reacciones de futbolistas de todo tipo y creo que siendo buena persona te llevas a la gente a tu terreno

—¿Está entrenando a algún equipo?
—Estoy como fisio en el senior B, el nuevo equipo que se ha hecho en el San Fernando CD y cuando terminé el curso Antonio Bernal, presidente de la Federación Gaditana, ha considerado tenerme allí en el tema de la coordinación del fútbol femenino y también llevaré la selección, me supongo que será la cadete, a los campeonatos de Andalucía. Pero entrenar ahora mismo, estoy a pie de campo con el senior B, pero al ser entrenadora me puedo involucrar un poco más en la materia deportiva, aunque el equipo tenga su primero y segundo entrenador y su preparador físico.

—Se supone que una vez que tiene el título, ha trabajado por él, comienzan a llegar los sueños de entrenar a un equipo. No necesariamente femenino, sino un equipo y punto.
—Yo soy una mujer pero no quiero que me encasillen en el fútbol femenino. He empezado en fútbol femenino porque (Natanael Cano) Canito me dio la oportunidad después de darle mucho la lata de que no había fútbol femenino habiendo muchas niñas que querían jugar al fútbol. Pero no quiero que me encuadren porque llevo muchos años y siempre he estado en el fútbol masculino. Siempre se sueña, pero con los pies en la tierra. Yo tengo claro dónde están mis limitaciones y la limitación más grande es la de ser mujer.

—Más que una limitación es una discriminación.
—Yo hasta ahora no he tenido problema de ningún tipo, salvo la mala educación de algunos que te digan en algún campo que te vayas a tu casa a fregar. Pero por los compañeros entrenadores, por los profesores… Al revés, he tenido todo el apoyo, he tenido que hacer las prácticas en el campo igual que las han tenido que hacer futbolistas profesionales que han hecho el curso conmigo. Y si he fallado en algo han estado siempre ayudándome.

—Hasta ahora la han tratado así, como parte de una familia, pero cuando salga fuera de donde está, a la competición, sola ante la hostilidad… Será mucho más duro.
—Hasta ahora no he tenido problema y siempre me he sentido como uno más, será por mi carácter y mi forma de ser extrovertida. Supongo que si sigo subiendo de nivel, con mi carácter y mi forma de ser no creo que tenga ningún problema de adaptación.

—¿Hay diferencias entre al fútbol femenino y el masculino?
—Sobre todo física, pero también hay que mirar. Si pones a la selección española femenina no tiene nada que envidiarle a muchos equipos de Primera División. Pero es un fútbol más lento, más pausado. La velocidad de juego de un equipo masculino no puede ser la de un equipo femenino. Pero es fútbol, un balón, once contra once, un árbitro y dos asistentes.

—Es menos violento.
—Es menos violento hasta cierto punto. Yo he tenido futbolistas a las que les he dicho que si se ponen una media de cada color se pegan patadas solas. Pero igual que no se puede comparar a las jugadoras de baloncesto del equipo femenino con el masculino. Ni en lo que gana un jugador de fútbol profesional con lo que gana una jugadora de fútbol profesional. Una jugadora en Primera División puede estar ganando 1.500 euros al mes, lo que cobra una jugador de Tercera División. Y no hablamos de la élite.

—¿Qué se podría hacer para que el fútbol femenino fuera, al menos una cuarta parte de lo atractivo que es el fútbol masculino?
—Concienciar a la gente de que son deportistas unos y otros. Yo he ido a campos en los que las mujeres no tenemos derecho a estar en el mundo del fútbol. Hasta hace unos años las mujeres llegaban a cadete y no podían jugar más. Ahora hay unas 200 licencias de senior, algo que era impensable hace cuatro años. Y con el tiempo los niños jugarán al fútbol en el colegio con las niñas e irá viendo cómo la niña tiene el mismo derecho que el niño a jugar al futbol.

—Pero el fútbol es un espectáculo, no podemos hablar de derechos. El único derecho lo tiene el público. En todo caso habría que concienciar a las mujeres para que vayan al fútbol.
—No es eso. Si hay veinte horas de entrenamiento para repartir entre distintos equipos y primero cogen a este equipo de niños, este de niños y este de niños y lo que queda, para las niñas. Los partidos se juegan los sábados y los domingos y si no hay hora, las niñas juegan el viernes por la tarde.

—O sea, que se trata de darles las mismas posibilidades a unos y a otras.
—Efectivamente. Cosas que no ocurren en el baloncesto que en San Fernando lo practican más niñas que niños. A una niña que va a jugar a baloncesto no la ven como a un bicho raro. Si va a jugar al fútbol, sí. En atletismo y otros deportes hay equidad. En el fútbol todavía no. Pero todo se andará.

—Siendo ingeniero naval y estando en una zona de construcción naval, ¿cómo no ha ejercido esa carrera?
—Porque desafortunadamente y lo estamos viviendo muy de cerca, el sector naval cada vez está peor. Hay tres días trabajo y tres años no.

—En Australia se rifan a los ingenieros navales.
—En Australia sí, pero yo, por problemas familiares, no he podido salir de aquí.

—¿Cómo ve al San Fernando CD este año? Desde el punto de vista de entrenadora.           —Lo veo bien. La plantilla que se está conformando con el primer equipo es bastante buena, por fin tenemos entrenador de la ciudad y a nivel de cantera se está trabajando bien y se está apostando por ellos. El Cádiz se ha llevado este año a un montón de futbolistas nuestros.

—Eso lo criticará mucha gente. Que se vayan al Portuense, no, pero que se vayan al Cádiz…
—Tenemos que mirar los recursos que tenemos nosotros y los recursos que tienen ellos. Ellos pueden ofertar cosas que nosotros no podemos. Económicamente, el San Fernando está sobreviviendo al día a día y no puede ofrecer tener al niño gratis en el fútbol cuando ello conlleva una serie de gastos y si el niño no aporta el club no puede sufragarlo. Si el Cádiz tiene gente que mete dinero y un presupuesto altísimo podrá tener a niños becados.

—De todas formas no se puede coartar el porvenir que pueda tener.
—Muchas veces los padres sólo miran que es el Cádiz, cuando qué es el Cádiz más que el San Fernando.

—Ahora mismo nada. Quedaron empatados.
—Yo lo digo públicamente, lo único que admiro del Cádiz es el patrimonio de socios que tiene y que hayan estado hasta el último momento después de la temporada tan pésima que hizo el año pasado. Y nosotros hacemos un mal partido y nos cuesta trabajo que vayan al estadio al domingo siguiente.

—Los entrenadores tienen su propio calvario. El San Fernando empató con el Cádiz y ya están pidiendo la cabeza de Juanma Carrillo. El año pasado el equipo empezó mal con Masegosa y querían echan a Masegosa. Luego no le han puesto un monumento porque no había sitio. Está a expensas de un público muy voluble.
—El público en San Fernando no lo entiendo. Nunca llueve a gusto de nadie, eso está claro. Yo eso lo comentaba hace tres temporadas con Iván Guerrero que estuvo lesionado un tiempo y estaba en la grada conmigo viendo un partido. La gente estaba pidiendo que sacara a Iván Guerrero con el recochineo de que Iván llevaba mucho tiempo lesionado. Le dije, Iván, esto es así, hoy estás malo y en el primer partido que juegues marcas un gol y salvas los tres puntos y eres dios. Eso pasó, salió a jugar un partido, metió un gol en el último minuto del primer tiempo, fue el gol de la victoria y cuando lo cambio Antonio Iriondo en la segunda parte la gente se puso en pie ovacionándolo. Ahí sí estuvo acertada la directiva en mantener a Masegosa cuando pedían su cabeza.

—Alguien tiene que mantener la cabeza serena en un espectáculo con tanta pasión. ¿Por qué siempre echan al entrenador y no a los once jugadores?
—Porque es más fácil echar a uno que a veintidós. Esa es la única razón. Pero si tú tienes al equipo contigo, el equipo te va a salvar y van a hacer todo lo posible con tal de salvarte. Si el equipo no está contigo y la cosa está mal, van a ser los primeros en echarte. Eso lo puede tener claro cualquier entrenador del mundo.

—¿Piensa entrenar al San Fernando CD algún día?
—¿Por qué no? Lo tengo muy difícil y muy complicado.

—¿Por qué difícil y complicado?
—Por lo que hemos dicho antes. ¿Cuántas mujeres hay en un banquillo de Primera División, de Segunda? Entre otras cosas porque gran parte de la gente piensa que si no has sido futbolista no puedes estar entrenando en la élite, algo que no entiendo porque hay futbolistas que han sido muy buenos futbolistas y se sientan en un banquillo y más les vale irse para el vestuario. Y hay gente que no ha jugado en su vida y son muy buenos entrenadores. Caso de Mourinho. No ha sido un jugador de la élite y ahí está. Juanma Carrillo tampoco ha sido un jugador de la élite.

—¿Ha pensado en lo que le puede pasar a una mujer que quiere ser buena persona en un vestuario de estrella como el del Real Madrid? Como no vaya con el látigo se la comen. Son leones.                                                                                                                                                 —No creo que sean tan lobos…

—Se han comido a Mourinho.
—Mourinho ya hemos visto desde fuera cosas que han pasado en el vestuario y si no tienes al capitán contigo, mal asunto. Si al primero que te pones en contra es al capitán, y un peso pesado… Lo primero que tienes que tener en cuenta es a quién te llevas a tu terreno y evidentemente, los pesos pesados del vestuario son los primeros que tienen que estar contigo.

—O sea, que un entrenador o entrenadora tiene que saber de estrategia por partida doble. Dentro del grupo humano, lo que son las relaciones humanas y la estrategia del juego.
—Pero si estamos hablando de la élite, no estás solo. Tienes un cuerpo técnico que te avala. Si tú sabes más o menos de estrategia, tienes siempre a alguien que te va a cubrir, pero tienes que ser el líder del vestuario, tener un carisma, una cierta mano izquierda con los jugadores. Hay que saber llevarlos. Es muy fácil decirlo desde fuera y cuando puede vivirlo lo veré, pero en la experiencia que he tenido en el fútbol profesional es así y en el fútbol amateur es todavía peor. Un futbolista profesional cobra un sueldo y se debe a su trabajo. Un futbolista amateur que no cobra un euros, que viene harto de trabajar o de estudiar, se ha peleado con la novia… Si no eres capaz de llevar eso…

—-¿Y los padres de los niños?
—Lo mismo. Tu sitio y el mío.

—Eso es peor.
—Si se llevan bien contigo, mejor que mejor. Si eres cercano a ellos sin involucrarlos demasiado, también. Pero en la base es complicado trabajar con los padres.

—El padre se llevará bien con usted hasta que no ponga a su niño en dos partidos seguidos.
—Si sabes demostrarle por qué su hijo no ha estado dos partidos como titular y sabes cómo llevarlo, no tienes problemas.

—Es usted muy optimista.

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