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Jerez

La Compañía de Jesús cerrará su casa de Jerez este mismo año

La comunidad de El Puerto acogerá a los jesuitas que permanecen en Madre de Dios

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La Compañía de Jesús cerrará su casa de Jerez a lo largo del presente ejercicio, posiblemente después del verano. Según ha podido saber este medio, la decisión parece firme y se enmarca en el proceso de integración de las cinco provincias españolas de la congregación fundada por San Ignacio de Loyola.

Los jesuitas dirigen pastoralmente la parroquia de Madre de Dios desde principio de la década de los setenta del siglo pasado, cuando pasaron a esta zona de la ciudad desde la desaparecida iglesia de la Compañía (actual Sala Compañía). Esa es todavía una de las dos comunidades que se mantienen en la provincia de Cádiz, junto a la de El Puerto de Santa María.

La idea es que los religiosos que permanecen en la ciudad se integren en la comunidad portuense, que dirige la parroquia de San Francisco.

Aunque no se ha hecho oficial, la noticia es ya conocida por muchos feligreses y vecinos de la zona de Puertas del Sol, donde los jesuitas han venido desarrollando una intensa labor en estas últimas décadas. Además, se da la circunstancia de que la comunidad tiene a su cargo la dirección espiritual de las hermandades de La Yedra y La Expiración, además de la de Amor y Sacrificio, con sede canónica en Madre de Dios e inspirada desde su fundación por la propia Compañía de Jesús.

La presencia en Jerez de la orden promovida por San Ignacio de Loyola se remonta a 1574, estableciéndose en primera instancia en una casa de la calle Francos para posteriormente enclavarse en el hospital de San José y a continuación levantar el primitivo templo de Santa Ana de la calle Compañía. Los jesuitas sólo dejaron de tener presencia en la ciudad coincidiendo con su expulsión, entre 1773 y 1814.

Con todo, el cierre de la casa de Jerez no debe en principio implicar un abandono de las tareas pastorales, toda vez que Madre de Dios, al ser parroquia, deberá mantener su actividad habitual. Es probable por tanto que los religiosos se desplacen a diario desde El Puerto de Santa María para seguir atendiendo las necesidades de una parroquia especialmente volcada con los desfavorecidos de esta zona de la ciudad.

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