El Ayuntamiento de Málaga ha recogido y reciclado durante 2013 un total de 31.655,20 kilos de pilas y acumuladores portátiles depositados en los 124 contenedores municipales instalados en las calles de la capital. Esto ha supuesto un aumento del 74 por ciento con respecto a 2012, año en el que se recogieron 18.174,30 kilos de pilas.
"Nunca antes la ciudad de Málaga había conseguido recoger tanto a través de sus contenedores de calle", ha expresado el concejal de Medio Ambiente y Sostenibilidad, Raúl Jiménez, a través de un comunicado. "El dato consolida la tendencia que se venía observando en los últimos años, alcanzando un incremento acumulado del 96,3 por ciento desde 2010", ha matizado.
Con estas cifras, el edil ha asegurado que Málaga se sitúa como una ciudad de referencia en cuanto a recogida de este tipo de residuos en contenedores de calle. Algo en lo que ha tenido especial importancia "el alto grado de implicación de los malagueños a la hora de separar para reciclaje pilas y baterías, tan peligrosas si no se gestionan adecuadamente".
"Los datos avalan el éxito de los esfuerzos realizados desde el Consistorio y la European Recycling Platform (ERP) para proporcionar a los ciudadanos una herramienta accesible donde depositar sus pilas usadas", ha declarado el concejal.
Además, ha anunciado que el Ayuntamiento de Málaga tiene previsto aumentar el número de contenedores instalados en la calle, y establecer contenedores en el interior en las 11 juntas municipales de distrito. Asimismo, se verá incrementada la frecuencia de recogida con el objetivo de mejorar la imagen de este servicio.
El organismo encargado de efectuar la recogida de los contenedores es el European Recycling Platform (ERP), único Sistema Integral de Gestión (SIG) de estos residuos que opera en España. Lo hace a través de la empresa malagueña Medioambiental Andaluza, que también se encarga de transportar los residuos para su tratamiento, según el acuerdo firmado en 2010 con el Ayuntamiento de la capital.
Las pilas son residuos que pueden resultar altamente contaminantes. Algunos de sus componentes, como el zinc, el cadmio, el plomo o el mercurio, son muy peligrosos y, por ello, la correcta gestión de su reciclado resulta esencial.
El hecho de que una pila acabe en el vertedero por no haber sido reciclada adecuadamente repercute de forma directa en el medio ambiente, no solo por la liberación de compuestos indeseados, sino también porque no se pueden recuperar los metales que contienen, de media el 60 por ciento del peso de la pila.
