Hace unas semanas el presidente de la patronal de Hostelería en la provincia de Cádiz (Horeca), Antonio de María, informaba de que había mantenido una reunión con el consejero de la Presidencia de la Junta de Andalucía, Manuel Jiménez Barrios, para pedirle más flexibilidad en el horario de terrazas, especialmente durante el verano. La normativa establece que las terrazas sólo pueden estar en funcionamiento hasta las dos de la madrugada y Horeca se quejaba del estricto cumplimiento en Cádiz capital de los horarios, mientras que en otras localidades se es mucho más transigente en este aspecto, lo que está suponiendo una fuga de jóvenes a esos municipios y la muerte de la noche gaditana.
El concejal de Turismo en el Ayuntamiento de Cádiz, Bruno García, indicó que “no se puede afear” al Consistorio que cumpla las normas, “porque están para eso”. García sostuvo que el equipo de Gobierno está dispuestos a colaborar en la propuesta de Horeca siempre y cuando se tenga en cuenta a los vecinos. “Hace unos años la noticia era que los vecinos estaban hartos de la movida y ahora es al revés. Una revisión de horarios es posible y nos parece interesante que se trate, pero sin que se olviden de los vecinos”. A juicio del edil, la ciudad tiene unas características que no comparte con localidades como Conil, donde la zona de movida está apartada de las viviendas. “Por eso hay que conseguir un equilibrio para garantizar la convivencia”, expresó.
Perjudicados por unos pocos.
En más de una ocasión el Ayuntamiento ha tenido que cambiar actividades de ubicación porque uno o dos vecinos han protestado. El presidente de Horeca, Antonio de María, dice que es el primero en compartir que la actividad que ejercen los bares y restaurante no resulte molesta, pero “de ahí a que todo el colectivo esté criminalizado por tres o cuatro vecinos que invocan que la hostelería es molesta va un trecho”. Si queremos una ciudad turística hay que ser un poquito tolerantes. archivo