Pepele Méndez, después de triunfar en las costas de Cádiz llega a Sevilla, con su Luna mora, para actuar en un templo de la música como es La Caja Negra. Será el próximo domingo 19 de octubre.
¿Qué nos ofrecerá en este concierto?
–La verdad es que para mí es un gran orgullo pisar esas tablas donde tantos de mis ídolos han hecho disfrutar a gente como yo, que soy un enamorado de la buena música. Presentaremos al público sevillano nuestra Luna mora, que más que una canción que le da nombre al disco es un sentimiento, el que me hace seguir luchando por mi sueño, que no es otro que, con la que está cayendo en este país y la falta de ayuda a la cultura, poder expresar mi manera de entender la música. La intención es que el público se lleve nuestro mensaje bien grabado en su cabeza. Con gran espontaneidad, porque la vida es sentimiento, penas y alegrías, con música se lleva mejor.
Procede de una familia flamenca y gitana. ¿Qué otros estilos y músicos han influido en su primer disco?
–Pues sí, vengo de una estirpe flamenca y jamás me canso de darle gracias a la vida por nacer gitano y “Paquero” y haber vivido con una de las artistas más grandes del mundo del flamenco. Desde pequeño escuché a Terremoto, Caracol Agujetas y a mi padre Pepeleche o mi tía Paquera. Me llamaban la atención muchas músicas del mundo como el rap americano de Cypress Hill, el rock de AC/DC, el reggae de Bob Marley y la música latina, pero todo eso venía por algo, en mi casa no se podía escuchar otra cosa que no fuera flamenco o, mejor dicho, cante gitano andaluz.
Tras años en solitario, ahora tiene su propia banda. ¿Qué le aportan los Indios del carril?
–Los Indios del Carril se formó cuando yo era camarero en un local de Los Caños de Meca, hacia cocteles y disfrutaba de la música en directo en Las Dunas. José Regaera era el técnico de sonido y con otros amigos formamos la banda. Hicimos algunos bolos y cumplí un sueño, que era tocar junto al grande Raimundo Amador. Este último verano yo no sabía si cantar o ponerme a vender helados pero me acorde de José, hablamos y montamos de nuevo la banda, en principio con tres músicos y luego llegamos a ser diez. llenando muchos locales. Ha sido un sueño hecho realidad y nos hemos convertido en una familia. Mi familia porque yo soy un indio del carril y sin mi tribu no soy nadie.
La canción ‘Yo mate al sheriff’ ha sido cantada por miles de personas ¿nos podría contar la historia de este tema?
–(Risas) Para empezar hay que dejar claro que no hacemos apología del terrorismo ni del consumo de drogas pero sí estamos en contra del sistema. Que deberían arreglar muchos problemas que existen antes de ir registrando a gente por el simple hecho de llevar el pelo largo o no entrar por el aro del sistema actual. Nosotros tenemos el arma más efectiva que existe, la música, y de ella nos servimos para reivindicar nuestras ideas. Yo mate al sheriff es una broma con un fondo muy serio y ha sido flipante ver cómo la gente nos la pedía en los conciertos y la cantaba con nosotros. No estamos locos, sólo somos diferentes y fumamos hierba. Los que sí están locos son los que tiran bombas en Palestina o dejan morir de hambre a los niños en los países pobres.