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Rota

María Márquez pregonó a San Isidro entre recuerdos familiares en una exaltación de la vida mayeta

La roteña María Márquez González fue la protagonista del LVII Pregón de San Isidro que se celebró el viernes en la iglesia de la O

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Ante un concurrido auditorio que ya cuenta las horas para reencontrase mañana con el Santo Patrón en la Romería, la Hermandad de San Isidro celebraba en la noche del viernes el LVII Pregón en honor al patrón de los agricultores roteños. Una alocución que correría a cargo de la roteña María Márquez González quien cautivaría a los presentes con una cuidada exaltación de San Isidro y de la vida mayeta a la que el santo se encuentra profundamente vinculado.

Como ya es toda una tradición,  la imagen de San Isidro, situado a un lado del altar mayor de la iglesia de la O, acompañado de su estandarte, presidía un acto en el que se daban cita varios miembros del mundo cofrade local, el Hermano Mayor de San Isidro, Antonio Beltrán, y su junta de Gobierno; así como representantes de las Hermandades locales, el presidente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, Gregorio Sánchez Alonso, y el alcalde accidental, Lorenzo Sánchez Alonso.

Con el acompañamiento musical del pitero Antonio Vázquez y las voces del Coro de la Hermandad del Rocío de Rota, José Manuel Pérez Muñiz, presentador de la pregonera, se subía al púlpito de la iglesia de la O para ensamblar una breve reseña en verso de María Márquez González. Y es que “María la del Neo”, como es conocida popularmente la pregonera, es para Pérez Muñiz “una mujer de bandera” de enorme fe y convicciones y raíces camperas. “Tú tranquila María, que el Patrón quiere verte a su vera, la palabra tuya es, mucha suerte pregonera” deseó Muñiz a su amiga María Márquez que subió emocionada al altar, tras recibir de manos del Hermano Mayor de San Isidro la medalla de la Hermandad.


Y, entonces, llegó el momento. Su momento. Ese instante en el que María pudo dar rienda suelta a los sentimientos y devoción que en ella despierta el que es su Santo Patrón, aquel cuyos milagros sus padres le narraban desde niña y a quien se encomendaba en su juventud, tal  y como le habían enseñado sus tías y abuelas.  Una familia mayeta la de María Márquez a la que la pregonera tuvo presente durante toda su alocución con continuas referencias a recuerdos de su infancia.

Alternando verso y prosa, María Márquez rememoró sus primeras noches de pregón, romerías y misas de romeros sin dejar de alabar la vida del campo. La sabiduría de los mayetos y sus principios y valores, el mimo con el que cuidaban sus tierras o el importante papel de la mujer mayeta  ocuparon largos pasajes cargados de nostalgia de un pregón que se convirtió en un hermoso homenaje al campo de Rota y sus gentes.  “Si pertenecéis al campo debéis estar orgullosos de ello, y si no lo sois amarlo y respetarlo”, recordó María Márquez.

“Les he contado mi vida y abierto mi corazón, he puesto toda mi alma a nuestro Santo Patrón. Sólo me queda pedirte que seas nuestro mediador. Ruega a Dios por nosotros, San Isidro Labrador”, concluyó la pregonera su semblanza mientras la iglesia de la O en pleno se ponía en pie estallando en un prolongado y sentido aplauso.

Mañana, a partir de las nueve de la mañana, San Isidro Labrador se reencontrará un año más con los roteños en su peregrinar por las calles de Rota que culminará con la misa de romeros en los pinares y la posterior convivencia.

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