Gallizo hizo estas declaraciones tras inaugurar el nuevo Centro de Inserción Social de Granada, donde fue recibida con carteles y pancartas por un grupo de funcionarios de la prisión de Albolote en protesta por los últimos incidentes registrados en esa cárcel, que atribuyen a la masificación y a la falta de personal.
La secretaria general de Instituciones Penitenciarias dijo que es "perfectamente consciente" del progresivo incremento de la población reclusa, que fue del 10% en 2008 y será similar este año, motivo por el que "seguramente" tendrán que plantearse la dimensión de las plantillas para adaptarlas a la realidad de los centros.
Consideró no obstante que no es un buen momento para que el sector público incremente el número de funcionarios porque las situaciones de crisis obligan a "restringir el gasto público".
En cualquier caso, señaló que la oferta de empleo aprobada para 2009 permitirá la incorporación de 1.200 nuevos funcionarios a instituciones penitenciarias, lo que representa, dijo, casi la mitad de la oferta de la administración del Estado en su conjunto.
Gallizo precisó que el incremento de la población reclusa no se corresponde con el nivel de delincuencia en España, que está 20 puntos por debajo de la media europea, sino que es consecuencia de un sistema penal "más duro" que el de los países del entorno.
Respecto a los últimos incidentes registrados en la prisión de Albolote, el último de ellos un intento de motín, según el sindicato ACAPI, que causó la noche del domingo cuatro funcionarios heridos, Gallizo precisó que fueron incidentes calificados como leves por los funcionarios que elaboraron los partes.
Han sido "incidentes puntuales" sin "ninguna trascendencia" que no tuvieron lugar en el patio, según Gallizo, que dijo que son cosas que suceden y "forman parte de la realidad".
A las puertas del nuevo centro también se concentraron con una pancarta un grupo de funcionarias en contra de la unificación de escalas, que les obliga a custodiar a hombres presos.
Al respecto, Gallizo señaló que esta medida, acordada en cumplimiento de la ley de Igualdad, pretendía eliminar la discriminación de la mujer en el acceso a la institución penitenciaria -se les requería notas más altas que a los hombres-.
Gallizo, que precisó que en el módulo masculino hay presencia de mujeres "desde siempre", fundamentalmente del ámbito sanitario, abogó por hacer una "transición adecuada a esta nueva realidad", indicó que la gran mayoría de los sistemas penitenciarios europeos tienen la escala única y se comprometió a buscar una fórmula de adaptación que no cree conflictos.
