La alergia a los ácaros del polvo doméstico en adultos provoca una cascada de señales inflamatorias en la superficie de las vías respiratorias que provoca una remodelación de las mismas que no responde al tratamiento estandar con corticoides, según un estudio de investigadores del Centro Helmholtz y la Universidad Técnica de Munich (Alemania) publicado en el último número de la revista 'Journal of Allergy and Clinical Immunology'.
Más de 300 millones de personas sufren de asma en todo el mundo. Un síntoma común en este contexto es remodelación patológica de las estructuras de las vías respiratorias debido a los procesos de reparación de mal dirigidos.
Dependiendo de la edad del paciente, sustancias mensajeras llamadas leucotrienos juegan un papel importante en este caso, según han descubierto ahora estos investigadores, dirigidos por la doctora Julia Esser-von Bieren.
"A pesar de que existen fármacos que se dirigen a esa catarata de leucotrienos, todavía sabemos muy poco acerca de los mecanismos exactos de la enfermedad", explica la líder del grupo en el Centro de Alergia y Medio Ambiente (ZAUM), un centro de investigación conjunta del Centro Helmholtz y la Universidad Técnica de Munich.
En este estudio, los investigadores estaban particularmente interesados en saber si había diferencias dependientes de la edad en la expresión de una alergia a los ácaros del polvo. En colaboración con el Profesor Benjamin Marsland, del Hospital Universitario CHUV, en Lausana (Suiza), estudiaron un modelo experimental y encontraron que un extracto de ácaros del polvo doméstico suscitó respuestas diferentes en función de la ventana de tiempo en la que entró en contacto con el sistema inmunológico.
"Llama la atención que los leucotrienos parecen jugar un papel importante, sobre todo cuando los adultos adquieren una alergia --avanza Katharina Dietz, autora principal del estudio--. Son parte de toda una cascada de señales que conduce finalmente a una respuesta al extracto de ácaro del polvo doméstico".
Según el estudio, en particular están involucrados la proteína de señalización Wnt5a, las enzimas transglutaminasa 2 y fosfolipasa A2, así como los propios leucotrienos. Los científicos fueron capaces de confirmar estos resultados en células humanas y en el tejido de los pólipos nasales de los pacientes.
También era interesante para los investigadores poder averiguar de dónde provienen estas moléculas y demostaron que, las células epiteliales de los bronquios son los impulsores de la cascada. "Anteriormente se suponía que en las alergias, los leucotrienos son producidos principalmente por ciertas células blancas de la sangre, los granulocitos eosinófilos", apunta Esser-von Bieren.
Sin embargo, los resultados son no sólo son relevantes para la comprensión de la enfermedad, sino también para su tratamiento. "Esta cascada no se puede detener mediante el tratamiento estándar de cortisona para la alergia", señala Esser-von Bieren.
Por lo tanto, se considera que es posible que los resultados también podrían afectar la terapia de la alergia: "La fuerte presencia de la cascada de leucotrienos en el epitelio de las vías respiratorias inflamadas refuta la suposición común de que las células estructurales pueden despreciarse como productores de los leucotrienos. Por el contrario: en una inflamación crónica de la cortisona resistente en forma de asma o pólipos nasales, el uso de las drogas dirigidas a la cascada de leucotrienos epitelial debe ser tenido en cuenta, en función de la edad y el estado de la alergia de los pacientes".