La Virgen de las Mercedes procesionó en la tarde noche del día de su festividad, por las calles isleñas. Era el segundo año consecutivo de su procesión, pero no significa que no haya procesionado anteriormente. Mientras muchos no entienden la procesión un 24 de Septiembre, considerado fiesta local de Las Cortes, en toda España se celebra la fiesta de la Virgen de la Merced, y especialmente en las instituciones penitenciarias, pues es la patrona de los presos. De hecho una antigua tradición narra que en el año de 1218 la Santísima Virgen se le apareció a San Pedro Nolasco recomendándole que fundara una comunidad religiosa que se dedicara a socorrer a los que eran llevados cautivos a sitios lejanos.
La procesión de la Virgen de las Mercedes, acompañada por la banda de música de la Hermandad del Nazareno, recorrió la Plaza de San José, San José, Real, Losada, General Valdés, Alameda Moreno de Guerra, Real, Almirante Faustino Ruiz, Colegio Naval Sacramento, Cecilio Pujazón, Calderón de la Barca, Sánchez Cerquero, General Valdés, Isaac Peral, Real, San José y Plaza de San José, donde se preveía la recogida en torno a las 23,15 horas. La salida se produjo con una gran petalada que caía de la azotea del antiguo hospital de San José. En la puerta, la viuda de Rafael Ibáñez Pérez daba la primera levantá al paso, en lo que fue un homenaje de la hermandad de los Desamparados al que fuera miembro de su junta de gobierno.
Cuando el paso de la Virgen de las Mercedes llegó a la altura de la parroquia castrense de San Francisco, con la noche ya echada, se realizó una ofrenda al Santísimo Sacramento, con la Virgen encarando la puerta principal del templo castrense de San Francisco.
La hermandad de los Desamparados repitió el itinerario del año pasado, que de esta forma evita los actos oficiales de la fiesta local del 24 S y que se pueda entorpecer el arriado oficial de la bandera de España en la Plaza de la Iglesia.
El paso del Cristo de la Sangre, en el que procesionaba la Virgen de las Mercedes, fue portado por una cuadrilla de hermanos de la cofradía de Desamparados, a las órdenes de Antonio Oneto García.