La Real Academia de San Romualdo de Ciencias, Letras y Artes conmemoró esta semana el 250 aniversario del Hospital de San José con cuatro conferencias en su sede habitual del Centro de Congresos Cortes de la Real Isla de León, en las que se trataron aspectos sociales, políticos, demográficos y arquitectónicos ubicado en la plaza del mismo nombre.
Las jornadas comenzaron el jueves con la presentación de las mismas a cargo del presidente de la Academia, José Enrique de Benito Dorronsoro, después de que académicos y presentes guardaran un minuto de silencio en recuerdo del astrónomo y académico Luis Quijano Sánchez, quien había recibido sepultura esa misma mañana.
La primera de las conferencias fue pronunciada por el doctor Juan Manuel García-Cubillana de la Cruz, quien habló sobre el Hospital de la Caridad de San José y su contribución a la sanidad isleña desde su creación en 1767 hasta que dejó de prestar funciones como tal, en 1956.
García-Cubillana de la Cruz es el autor del libro que sirve como referencia del estudio del Hospital de San José e hizo un recorrido por los motivos de su construcción a pesar de que ya había hospitales militares en la ciudad.
Las personas de pocos recursos o que no eran personas de armas quedaban al amparo de esta casa que más que hospital era de hospedaje para personas con algún tipo de enfermedad o de debilidad.
El aumento de la población, con el traslado de la Armada a San Fernando, hizo que la necesidad obligara a llenarlo de contenido y atender todo tipo de patologías, además de que las muchas epidemias que sufrió la ciudad obligó a su utilización toda la población sin distinción.
La larga nómina de médicos, cirujanos y enfermeros, tanto civiles como militares, es muy larga, aunque García-Cubillana quiso romper una lanza especialmente por los enfermeros y la labor que hacían.
Los médicos estaban a disposición del hospital pero mientras llegaban eran los enfermeros quienes atendían al paciente y practicaban cuidados que hoy en día -y entonces también- corresponderían a los médicos.
Tomás del Valle
En esa misma tarde y a renglón seguido fue el académico Francisco Glicerio Conde Mora quien se encargo de dar a conocer la figura de Fray Tomás del Valle, Obispo de Cádiz entre 1731 y 1776 y a la sazón fundador de ese hospital y de varios más en la sede.
Conde Mora, que ha buceado en los archivos secretos del Vaticano durante dos años, aportó material valioso sobre los hospitales en la provincia y sobre el papel de la Iglesia en esta tarea.
La segunda de las jornadas, el viernes, también contó con dos conferencias. La primera a cargo del doctor Juan Torrejón Chaves, quien habló sobre la evolución demográfica de La Isla en el siglo XVIII y dio a conocer las distintas formas de contar a la población hasta el primer padrón estadístico moderno.
Entre las curiosidades que contó el doctor Torrejón estuvo la de las complicaciones para elaborar un censo en aquellos tiempos y con técnicas estadísticamente pobres.
Diferenció entre vecino y habitante, por cuanto los vecinos eran aquellos que pagaban impuestos, el cabeza de familia, por ejemplo, por lo que el número de vecinos habría que aplicarle la fórmula del 4,5. Esto es, multiplicar los vecinos por esa cifra para conseguir un número de habitantes aproximado.
Sin embargo, el principal problema a la hora de contar con un padrón de habitantes es que la gente se escondía, porque sabía que ser contado era el principio de pagar impuestos. Y así no había forma.
España, sin embargo, fue la primera nación en el mundo en tener un censo moderno ya en el siglo XVIII, ateniéndose a reglas estadísticas que luego fueron extrapoladas a otros países.
Unir los núcleos
Finalmente, el arquitecto y académico José María Cano Valero habló sobre los hospitales enel siglo XVIII y su influencia en el proyecto del Hospital de San José.
Cano Valero dio a conocer proyectos de otros grandes hospitales españoles -algunos tan grandes que no llegaban a acabarse porque no había dinero- “algo muy propio de los españoles” y sobre todo de la idea de Torcuato Cayón, el verdadero arquitecto de la ciudad de San Fernando, de conjuntar los distintos núcleos de población en los que se dividía La Isla.
La idea principal era el Ayuntamiento, majestuoso, con la plaza del Real, plaza real desprovista de cualquier elemento que pudiera desviar la atención del edificio principal.
De esa forma se unían la zona de la Iglesia Mayor con la del Carmen, por lo que el hospital venía a cubrir ese espacio. Un hospital que en principio iba a tener la fachada en la misma calle Real, pero que finalmente, por problemas con la propiedad de las viviendas que se iban a ocupar o porque eran demasiado caras, quedó en un segundo término sobre el eje longitudinal de la ciudad.
Las jornadas contaron además con una visita guiada al Hospital de San José en la mañana de este sábado, donde han recorrido las diferentes dependencias que fueron utilizadas a lo largo de casi dos siglos como hospital, pudieron ver un documental sobre el centro y una representación teatral de los alumnos de la Escuela San José recreando escenas propias de la época, no exenta de tragedias por cuanto San Fernando sufrió muchas epidemias llegadas en los barcos que arribaban a Cádiz y a La Isla.
Las actividades terminaron en el salón de actos de la Escuela San José donde se hizo entrega de los diplomas a los asistentes.