El tiempo en: Vélez-Málaga

El Puerto Cofrade

Rosarios afligidos junto a la Bajamar

Un Cristo lleno de paz y aflicción salía a la calle acompañado de una marea de penitentes negros y esparto

Publicidad AiPublicidad Ai Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai

La oscuridad de la tarde primaveral de la apalmerada avenida de Micaela Aramburu de Mora quedaba rota por las velas que salían del cancel de la Capilla de San Juan de Dios.

Un Cristo lleno de paz y aflicción salía a la calle acompañado de una marea de penitentes negros y esparto, el silencio de la capilla musical y unas cadenas arrastradas que, en cada sonido, acercaban al penitente anónimo  a su Dios por alguna que otra promesa. 

Eran las siete en punto de la tarde cuando ya el viento se había calmado en gran parte tras la jornada del domingo, y el paso de la Real, Sacramental y Franciscana Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de los Afligidos, María Santísima del Rosario en sus Misterios Dolorosos y San Francisco de Asís lucía su finalización a la hora del tallado y comenzaba a lucir el frontal del espectacular canasto con su  dorado.

Y de nuevo se volvía a hacer el silencio en la calle.

Los cuatro zancos de María Santísima del Rosario se doblaban y el paso de palio se arrodillaba frente al cancel del Hospitalito.

Suavemente se mecían las caídas del paso y tras una leve mecida salía la imagen ataviada con un nuevo rostrillo adquirido para tal ocasión. A sus pies no podía faltar la reliquia de la Madre Angelita que con tanto amor guardan en su capilla y sacan para la devoción de los fieles en tan señalada fecha del Lunes Santo.

Un discurrir de capirotes de cartón o malla interminables que apuntaban hacia el cielo en señal de respeto por el sufrimiento, a veces amortiguado por el Cirineo, del Señor cargando con su cruz, la cruz de la humanidad.

La Capilla Musical Vía Sacra delante del Señor del Silencio portuense dotaba al ambiente del recogimiento esperado, mientras la Banda de Música Maestro Gailín de Puerto Serrano templaba los instrumentos para acompañar a la Señora y sus Misterios Dolorosos en su solemne, pausado y firme andar del paso de Palio.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN