El Gobierno ha aprobado un plan de conservación de la orca del estrecho de Gibraltar y golfo de Cádiz para proteger la especie, de la que se cree que pueden sobrevivir en la actualidad medio centenar de ejemplares.
El Boletín Oficial del Estado publica hoy la orden del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente por la que se aprueba este plan de conservación.
"En aguas españolas, la orca es observada de forma regular en el Estrecho de Gibraltar y la zona atlántica adyacente, sin embargo su presencia en el mar de Alborán y resto del Mediterráneo occidental es inusual", según el detalle de este documento, que añade que en el resto de España existe "avistamientos esporádicos" en el mar Cantábrico y aguas de Galicia.
"La distribución espacial de la orca del Estrecho de Gibraltar y golfo de Cádiz varía en función de los movimientos migratorios de su principal presa, el atún rojo, y de diferentes variables fisográficas, oceanográficas y geográficas", detalla el plan.
El plan ha estudiado que, al igual que en otras poblaciones de orcas en el mundo, las del golfo de Cádiz poseen "una estructura social compleja muy fuerte y perdurable, de tipo matrilineal, compuesta por manadas cuyos integrantes se organizan alrededor de una hembra matriarca".
Según estos datos, existen cinco manadas en el área del Estrecho y el golfo de Cádiz, que comparten distribución espacial y están especializadas en la captura del atún rojo.
Según los cálculos de este plan, basado en un seguimiento hecho entre 1999 y 2015, los expertos han conseguido identificar con fotografías hasta 59 individuos diferentes.
Los mismos estudios calculan que en este período han muerto nueve orcas, por lo que el último recuento estaría compuesto por 50 individuos, aunque el plan admite que es posible que no se hayan identificado a algunos ejemplares, pero sí determina que es "poco probable" que, actualmente, haya más de 60 orcas en esta zona.
El plan alerta de que, aunque ha aumentado la natalidad, la tasa de supervivencia de las crías ha sufrido un "drástico descenso" debido la muerte de todos los recién nacidos entre 2006 y 2011, cuya causa puede ser "la inoperatividad o bajo esfuerzo mantenido por la pesquería del atún rojo de caña o línea de mano a partir de 2005, pesquería de la que se beneficiaban las orcas hasta ese momento".
El documento alerta de la que estas orcas son "especialmente vulnerables" a la reducción en la disponibilidad de sus presas, de ahí que el agotamiento sufrido por el atún rojo en los últimos años, "debido a la sobrepesca", ha sido un motivo de preocupación.
"Se desconoce si, en última instancia, serían capaces de adaptarse a la captura de otro tipo de presas o si abandonarán las aguas del sur de la península ibérica".
También atribuye el plan como causas la depredación de las capturas de la flota de caña, la degradación del hábitat, el incremento de los niveles de ruido submarino, debido al tráfico marítimo o las maniobras militares, o la creciente contaminación, a lo que se suman las enfermedades sufridas o los efectos del cambio climático.
La orca es ahora mismo la única especia reconocida dentro del género orcinus y la Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza (UICN) la ha clasificado como "en riesgo de extinción".
El plan de conservación establecerá medidas de protección para reducir la mortalidad, el aumento de las presas potenciales, el fomento de la investigación, medidas para la sensibilización de la sociedad y la promoción de la participación de los sectores implicados.
Entre las medidas contempladas, hay algunas concretas para aumentar la población de atún rojo, como la propuesta de promover en la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) la asignación de una cuota de pesca del atún rojo "de carácter intransmisible" para la flota de caña o línea de mano del Estrecho entre el 1 de julio y el 31 de agosto.
También incluye limitar sistemas activos para la exploración submarina, por medio de sondas, aire comprimido o explosiones controladas, o actividades observación de cetáceos en Barbate, Conil y Banco Majuán, considerada área crítica, entre el 1 de marzo y el 31 de agosto.
Estas medidas, excluyen a las actividades militares para la defensa nacional o la seguridad pública, aunque el plan insta a que el uso del sonar de los buques de la Armada "siga protocolos de mitigación".
El plan de conservación tendrá vigencia indefinida "hasta que se alcancen los objetivos previstos", aunque, en "función de variaciones sustanciales" podrá ser sometido a una revisión total o parcial.