Se trata, sobre todo, de restos de podas, una vez que muchos de los propietarios de viviendas con jardines y patios o parcelas acometen la tarea de sus arreglos en esta época. En vez de realizar una gestión adecuada de los mismos, o -en el caso de pequeñas cantidades- de llevarlos a alguno de los dos puntos limpios que existen en la ciudad, los arrojan a los contenedores, agotando su capacidad, y, muy habitualmente, también en los alrededores ante el colmado de los mismos. La vigilancia se centra, sobre todo, en la zona del extrarradio.
Además de los restos de podas, otra de las actuaciones que vulneran las ordenanzas de Medio Ambiente y que se producen de manera asidua durante el verano, es el depósito en la vía pública de diversos tipos de enseres, como muebles o electrodomésticos, en vez de utilizar los servicios de retirada que dispone el Ayuntamiento o trasladarlos hasta alguna de las dos puntos limpios.