El Senado de Estados Unidos aprobó hoy de madrugada la reforma fiscal impulsada por el presidente, Donald Trump, que supone la mayor bajada de impuestos de los últimos 30 años pero también un aumento importante del déficit presupuestario.
La Cámara Alta aprobó su versión con 51 votos a favor, todos de senadores republicanos, y 49 en contra. El senador Bob Corker fue el único republicano que se opuso al proyecto.
La votación empezó a las 01.36 hora local (06.36 GMT) tras unas diez horas de debate y cuatro de votación de enmiendas.
La aprobación de la reforma fiscal acerca a Trump a su primer gran triunfo legislativo después del sonado fiasco que supuso en verano la fallida derogación de la ley sanitaria conocida como Obamacare.
Los líderes republicanos en el Senado deberán conciliar ahora el texto aprobado hoy con sus colegas de la Cámara Baja, que tienen su propia versión con algunas diferencias, antes de que Trump pueda promulgar su ansiada reforma fiscal.
La ley que salga del proceso de negociación deberá someterse de nuevo a votación en ambas cámaras.
La ambiciosa reforma fiscal que promueve Trump implica un aumento del déficit presupuestario de 1,5 billones de dólares en la próxima década que él considera fundamental para revitalizar la actividad económica y acelerar el crecimiento anual del país por encima del 3 %.
El eje central de la propuesta republicana es una reducción impositiva a las empresas del 35 % al 20 % que el Senado prevé para 2019 y la Cámara Baja pretende inmediata.
Asimismo, también plantea simplificar los tramos de impuestos de la renta individual, al pasar de los siete actuales a cuatro: del 12 %, del 25 %, del 35 % y del 39,6 %.
Aunque el proyecto prevé recortes de impuestos para familias e individuos, el Comité Conjunto de Impuestos del Congreso aseguró en su última estimación que tan solo el 44 % de los estadounidenses verán una reducción anual de más de 500 dólares.
Por su parte, el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, aseguró que la reforma ahorrará 1.182 dólares anuales a las familias promedio.
Con la aprobación de la reforma fiscal, los republicanos colaron una enmienda que elimina la obligatoriedad de adquirir un seguro médico en su afán de desmantelar la ley sanitaria Obamacare, que no se pusieron de acuerdo para derogar meses atrás.
La rebaja impositiva promovida por Trump es la mayor desde la de 1986 del expresidente Ronald Reagan. En esa ocasión la reforma fue aprobada en la Cámara Baja por unanimidad y en el Senado con 97 votos a favor y 3 en contra.
Con la reforma fiscal casi bajo el brazo, los republicanos afrontan más confiados las elecciones legislativas de 2018 que supondrán un plebiscito a la gestión de Trump.