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Ahmadineyad desmiente desacuerdos con el líder supremo

El presidente iraní, el ultraconservador Mahmud Ahmadineyad, desmintió que haya diferencias entre él y el líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, con quien dijo tener ?una relación de hijo y padre?.

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El presidente iraní, el ultraconservador Mahmud Ahmadineyad, desmintió que haya diferencias entre él y el líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, con quien dijo tener “una relación de hijo y padre”.

Según la agencia semioficial iraní de Fars, Ahmadineyad pronunció esta declaración durante una reunión ayer con los profesores miembros de Basij (milicia islámica) en Teherán.

Ahmadineyad reaccionaba de esta forma contra las declaraciones estos días que le acusan de haber alejado de la línea del líder supremo al cumplir con demora su orden de destituir al recién nombrado como vicepresidente primero, Esfandiar Rahim Mshahi.

“Algunos han intentado estos días hacer parecer como deteriorada la relación entre el gobierno y el líder supremo”, dijo Ahmadineyad quien añadió que “esta relación va mas allá de los moldes políticos y administrativos”.

Ahmadineyad dijo además que “el genero de esta relación es de amor y de creencia”, y precisó que los enemigos llevaran a la tumba a este deseo de provocar polémicas sobre este asunto.

El presidente iraní, quien se enfrenta con graves problemas de legitimidad en su segundo mandato tras las grandes manifestaciones en protesta contra el resultado de las elecciones del pasado 12 de junio, calificadas de “fraudulentas”, nombró a mediados de este mes a su ex compañero del colegio y el suegro de su hijo, Rahim Mashai, como el vicepresidente en su gabinete.

Rahim Mashai, que como asesor del presidente iraní ha dirigido hasta ahora el organismo de la herencia cultural y el turismo de Irán, ha hecho polémicas gestiones y declaraciones que en el peor de los casos calificó al pueblo israelí como amigo de Irán, mientras que la República Islámica es enemiga de Israel y no reconoce el estado Hebreo.

Estas declaraciones provocó la reacción de grandes personajes políticos y religiosos de Irán que pidieron en su día la destitución de Mashai. Incluso entre sus propios colaboradores que insistían sobre la necesidad de cumplir con la orden escrita del líder supremo para sustituir a Mashai mientras que el gobierno desmentía la existencia de tal carta.

Finalmente, tras la publicación de la carta en medios conservadores, fuentes del gobierno informaron de la dimisión de Mashai.

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