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Buscan pruebas del Planeta Nueve en pergaminos y tapices medievales

Los científicos sospechan de la existencia del Planeta Nueve porque explicaría algunas de las fuerzas gravitacionales en juego en el Cinturón de Kuiper

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  • ¿Existe?

Viejos pergaminos y tapices medievales serán examinados científicamente como una herramienta adicional para resolver el moderno misterio astronómico del Planeta Nueve.

"Tenemos una gran cantidad de registros históricos de cometas en inglés antiguo, irlandés antiguo, latín y ruso que se han pasado por alto durante mucho tiempo", dijo la medievalista universitaria Marilina Cesario, de la Queen's University Belfast, líder del proyecto. "La gente en la Edad Media estaba fascinada por los cielos, tanto como nosotros hoy".

Los registros incluyen fechas y horas, dijo Cesario, lo que los hace útiles para los astrónomos modernos.

El misterioso Planeta Nueve del sistema solar, si existe, tendría aproximadamente 10 veces la masa de la Tierra y orbitaría 20 veces más lejos del Sol que Neptuno.

Los científicos sospechan de la existencia del Planeta Nueve porque explicaría algunas de las fuerzas gravitacionales en juego en el Cinturón de Kuiper, un tramo de cuerpos helados más allá de Neptuno. Pero nadie ha sido capaz de detectar el planeta aún, aunque los astrónomos están escaneando los cielos con herramientas como el Telescopio Subaru en el volcán Mauna Kea de Hawai.

Los registros medievales podrían proporcionar otra herramienta, dijo Pedro Lacerda, astrónomo de la Queen's University, el otro líder del proyecto.

"Podemos tomar las órbitas de los cometas conocidos actualmente y usar una computadora para calcular los tiempos en que esos cometas serían visibles en los cielos durante la Edad Media", dijo Lacerda a Live Science. "Los tiempos precisos dependen de si las simulaciones de nuestra computadora incluyen el Planeta Nueve. Entonces, en términos simples, podemos usar los avistamientos de cometas medievales para verificar qué simulaciones funcionan mejor: las que incluyen el Planeta Nueve o las que no".

"Es fantástico poder usar datos de hace 1.000 años para investigar una teoría actual", añadió Lacerda.

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