Coincidiendo con la presentación de la agenda cultural del mes, nos hemos llevado la grata sorpresa de conocer a Cristina Rodríguez, una joven de 24 años afincada en Las Canteras que está a punto de finalizar sus estudios de Filología Hispánica en Cádiz. Grata sorpresa porque el próximo 28 de junio presentará en la capilla de La Misericordia su segundo libro, aunque en realidad es la segunda y definitiva parte de una obra que publicó hace unos años bajo el título de ‘Mi destino’, que era la primera parte de ‘Hasta que llegase tú’.
Ahora, la segunda entrega recibe el título de ‘Mi debilidad’. Se trata, pues, de una bilogía que entremezcla elementos románticos y eróticos. Su argumento es la historia de un profesor universitario que se enamora de una alumna que conoce antes incluso de ser su profesor. En esa relación el pasado de ambos cobra especial importancia, para desembocar en una historia de amor en toda regla. La protagonista del primer libro quedó embarazada, y en la nueva entrega de la obra dará a luz... De ahí la portada de ‘Mi debilidad’, que muestra un enorme vientre que promete eso, vida.
Su ópera prima nació sin mayores ambiciones, solo con la intención de dar rienda suelta a una afición y de mostrar a través de las redes sociales sus sentimientos hechos literatura. Sin ostentación alguna, la gente, su entorno más cercano, comenzó a animarla para seguir escribiendo y poner final a la historia ya iniciada con ‘Mi destino’. Su primera incursión en el mundo de las publicaciones literarias llegó a través de internet, pero Cristina entendió, porque así se lo transmitieron, que el delicado tacto del papel conservaba más romanticismo y, sin duda, más autenticidad. De ahí que no se pensara publicar “en papel’, en el formato tradicional, su bilogía.
En lo personal, Cristina Rodríguez vivió en la calle Alta, después en San Agustín y, ahora, en Las Canteras, junto al colegio Juan Apresa. Desde pequeña le gustó la lectura, una saludable afición que heredó de su madre, que es una lectora empedernida que solía pasar a su hija los libros leídos. En particular, a Cristina le gustaba la novela romántica, tal vez porque atesora una idea romántica de la vida en sí, de la existencia humana y del amor en su más auténtica acepción. De hecho, nos cuenta con cierto orgullo que tiene novio desde los 15 años y que aún sigue con su pareja tras ocho años. A sus padres le ocurrió lo mismo: nunca conocieron otra pareja sentimental.
Se confiesa admiradora de escritores de siempre como Bécquer y Lorca, y de novelistas como Megan Maxwell, al tiempo de admitir que la poesía, que no la prosa, no es lo suyo porque los clásicos han dejado el listón demasiado alto.
Su futuro estará, porque así lo quiere, ligado al mundo de la literatura y de la editorial. Por ahora, ya trabaja en un tercer libro que no tiene nada que ver con la bilogía anterior. Por lo pronto, tiene una cita en su ciudad para presentarnos su libro y su forma de ser, y a buen seguro que se sentirá arropada por su familia, pareja y amigos, y eso ya es de por sí todo un regalo en la vida.