Las líneas eléctricas de alta tensión pueden llegar a ser uno de los elementos más relevantes para mejorar la conectividad de especies entre diferentes hábitats naturales, lo que, oportunamente gestionado, otorga a estas infraestructuras un valor hasta ahora desconocido para la conservación de algunas especies. Ésta ha sido una de las conclusiones que se derivan del estudio que la investigadora de la Estación Biológica de Doñana (CSIC) Manuela de Lucas, ha presentado hoy en el III Congreso Internacional sobre Migración de Aves y Cambio Climático.
De Lucas fundamenta su conclusión en que los espacios sobre los que vuelan estos tendidos y sus apoyos constituyen en muchas ocasiones pequeños stepping-stones espontáneos que actúan como zonas de refugio e incluso como nichos ecológicos, propiciando de esta manera la conectividad de las especies. Se denominan ‘stepping-stones’ a las pequeña áreas o elementos del territorio que algunas especies utilizan como sitios de paso entre un hábitat y otro.
Para la investigadora del CSIC, la fragmentación de los hábitats naturales es uno de los factores que más pérdidas de biodiversidad producen y está relacionada directamente con las infraestructuras. La conectividad, por tanto, se revela como una estrategia crítica en las políticas de gestión de la biodiversidad. Garantizar la posibilidad de dispersión y de flujo genético, ambos cruciales para evitar la extinción, pasa por la creación o adecuación de corredores ecológicos y stepping stones.
El estudio se realizó durante 4 años analizando dos tendidos eléctricos en Córdoba. Los tendidos de Red Eléctrica constituyen, añade la investigación, la mayor red de interconexiones potenciales entre espacios de interés natural de la península ibérica y con el resto de Europa.
Adultos y jóvenes no vuelan juntos
Tempe Regan, la científica estadounidense del Intermountain Bird Observatory (Boise University, en Idaho) en colaboración con técnicos de la Fundación Migres, ha expuesto en el Congreso Internacional que jóvenes y adultos no vuelan de forma simultánea en numerosas ocasiones, como se creía por factores de aprendizaje. Los adultos, más expertos, son capaces de acumular reservas alimenticias tras acabar el periodo de cuidado de las crías con más rapidez. Y parten en su viaje migratorio antes que los jóvenes, cuyas habilidades de caza son obviamente inferiores.
Asimismo, este estudio presentado en el III Congreso Internacional de Migración de Aves y Cambio Global, indica que existen diferencias entre machos y hembras en ese mismo aspecto, al menos en el aguilucho lagunero. Al ser el macho el encargado de la caza y la hembra de preparar y dar la comida a las crías, partirá después. La hembra sale antes dado que es capaz de acumular reservas con más rapidez al no tener el desgaste de la caza.
Especies en declive
Cinco de las seis especies de pequeñas aves chequeadas por el equipo de Juan Arizaga durante 11 años han disminuido significativamente sus poblaciones. Este investigador de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, que expuso su ponencia en el Congreso, indicó que las causas de este declive serán objeto de su investigación futura, ya que al tratarse de migrantes puede ser debido a causas locales o foráneas.
El trabajo, realizado gracias a voluntarios de la estación de anillamiento de Txingudi, se desarrolló en la desembocadura del Bidasoa. Arizaga recalcó que sin el apoyo de la que denomina ‘ciencia ciudadana’ no hubiera sido posible esta investigación, pues los fondos económicos no alcanzan a todos los proyectos.
Cita internacional
El encuentro acoge entre el 3 y el 5 de septiembre a casi un centenar de inscritos, junto a participantes de todo el mundo, que disfrutarán de talleres, ponencias magistrales, y avistamientos, pues en esas fechas miles de ejemplares de numerosas especies de aves cruzan el cielo de Tarifa en dirección a África.
El último dato conocido, la semana pasada, cuando se está a mitad de campaña, revela que la migración de aves planeadoras (cigüeñas y rapaces) en su ruta hacia África alcanza unos números por encima de la media, con un total de 315.000 ejemplares han cruzado de momento el Estrecho, una vez completado el periodo reproductivo en Europa.
Los ornitólogos de la Fundación Migres realizan la campaña de conteo de este espectacular fenómeno de la naturaleza. Como es habitual, milanos negros (163.000) y cigüeñas blancas (124.000) son las especies más abundantes, seguidas del halcón abejero (20.000) que en estos días inicia su periodo de mayor presencia.
El congreso de Tarifa supone una referencia para la comunidad científica internacional tras sus ediciones en 2007 y 2010, debido al nivel de los ponentes y a celebrarse in situ en uno de los puntos calientes de biodiversidad: el Estrecho de Gibraltar. Ambos factores contribuyen a que las investigaciones expuestas sean fundamentales para entender el mayor problema ambiental del planeta, el cambio climático.
La riqueza faunística –en especial aves, pero también marina- del lugar, permite allí disponer de un auténtico termómetro de la intensidad del cambio global, tan influido por el cambio climático. El Estrecho de Gibraltar constituye zona de paso obligado para más de 30 millones de aves de 380 especies diferentes que migran hacia África tras el periodo nupcial. La gran diversidad de aves, su movilidad y rápida capacidad para responder a los cambios ambientales, las sitúan como grandes indicadores del cambio climático, y el Estrecho se presenta como un observatorio privilegiado para detectar los efectos sobre la biodiversidad.