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Sevilla

“Hay que estudiar Matemáticas, Lengua y el uso del móvil desde niño”

Javier Padilla, socio fundador de elDesmarque, se considera emprendedor antes que periodista y aclara: “He sido siempre un periodista al que le gusta emprender"

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  • Javier Padilla. -

El día de Javier Padilla (Sevilla, 1977) es como él: no tiene fin. La mente de este periodista y emprendedor no descansa de parir proyectos. El último de ellos tiene nombre de mujer, Mara, y de apellido Turing, en homenaje al padre de la computación moderna. Su primer libro (Mara Turing. El despertar de los Hackers) de una saga ya en ciernes -con versión en inglés incluida- ha sorprendido a niños, adolescentes y adultos con las aventuras de una niña apasionada, curiosa e inquieta (como aquel pequeño al que su madre, ya sin saber qué hacer para entretenerlo, daba la cartelera de la televisión para que dejara de preguntar y repreguntar) a la que la programación cambia su vida.    

¿A quién tenías en la cabeza cuando inventaste el personaje de Mara?

–Tiene mucho de mí, de la forma en la que empecé a aprender informática, de mis curiosidades cuando pequeño. Como mi inspiración en cuanto a niños son mis sobrinos, ellos han sido los que me dieron las claves para hacer a Mara, Noa y Daniel. Mi padre era muy obsesivo y me repetía que si no se aprendía inglés e informática eras un analfabeto. Eso, cuando tienes cinco años, impacta. Así que me regaló un Amstrad y con él empezó mi relación con la informática.

Mara no sólo es una niña especial por su interés por la programación, sino porque además sufre acoso. ¿Has querido romper con el estereotipo de los niños diferentes?

–Que Mara sea una niña programadora y una mujer hacker, a mucha gente le puede parecer anormal. Pero yo lo que pretendo en el libro desde el minuto uno es que todo lo que hace Mara es normal. Mara es una mujer resolutiva.

Los padres que lean esta historia se encontrarán con una madre, la de Mara, que le tiene prohibido el uso de móviles, tablet, internet… En el libro, queda clara cuál es tu posición desde luego.

–Les estamos prohibiendo a los niños algo no por un motivo claro, sino más por miedo o incapacidad de controlarlo. El móvil no deja de ser un ordenador. Nunca les he dicho a mis alumnos en clase que no tengan el móvil o que lo apaguen. Sí les he dicho que tienen una herramienta muy potente. Soy muy partidario de que el niño tenga un móvil en las manos. Su uso forma parte de la educación básica. Hay que estudiar Matemáticas, Lengua y uso del móvil desde niño.

Llevamos décadas oyendo que hay que adaptar las enseñanzas a las nuevas realidades, mientras en las facultades de Periodismo no se forma en los nuevos formatos para contar historias o en las escuelas no se enseña programación.

– Cuando llegué a dar clases en la Facultad de Periodismo, en 2002, lo primero que dije es que el temario no me servía para nada. Entonces, la tecnología estaba asomando las orejas y yo no estaba dispuesto a darle a los estudiantes lo que era el tipómetro, porque eso está en la Wikipedia. En aquella época, había que saber hacer una página web, hacer una animación en flash… Y conseguí cambiar el temario. Hoy seguimos igual. En el segundo libro de Mara, hay una profesora que empieza a notar que deja de entender a sus alumnos. Me ocurrió en una charla el otro día. Los profesores me dijeron: os habéis llevado una hora hablando y, durante una parte, no hemos entendido nada. Si empiezan a estar cada uno en un nivel, es un peligro.

¿Qué es lo que impide que se produzcan esos cambios en el sistema educativo?

–El miedo al cambio. En España, el cambio y la incertidumbre no son bien tolerados, mientras que el americano los tiene integrados en su vida. Estuve en una academia de programación en EEUU donde los estudiantes no eran jóvenes, sino personas de más de 50. Eran abogados, arquitectos… y todos coincidían: mi jefe me ha dicho que si dentro de cinco años no entiendo cómo funciona el mundo de la programación no voy a ser empleable. Y en lugar de estar lamentándose, estaban formándose. Esto fue en 2013. En España, nos resistimos al cambio porque queremos tener muchas certidumbres. Por eso los niños quieren ser funcionarios. El mundo es distinto, los ciclos laborales son más cortos. Si te enseñan desde pequeño que esto es normal, habrá menos personas frustradas.

Anuncias ya segunda entrega y en inglés.

–Vamos en marzo a la Book Fair de Londrés. Me di cuenta de que para contar la evolución del personaje y, sobre todo, para introducir los conocimientos informáticos sin que resultara pesado, no podía hacerlo en un solo libro. Mi intención es que cuando se lea la saga completa se sepa qué es un bucle, se aprenda criptografía, qué es un troyano… Que te puedas enfrentar a la informática.

Pero eres un romántico. Has escrito un libro en papel.

–Creo firmemente en el libro. Antes de saber programar tienes que saber conceptualizar. Sin comprensión lectoral, te irá mal no sólo en programación. Lo que yo intento con este libro es enseñar que la programación no es algo frío. Un informático es alguien que descompone un problema para poder resolverlo. Te da habilidades que trascienden del ordenador.

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