El Málaga CF perdió ayer ante el Girona por 1-0 en el Estadio Municipal de Montilivi en la tercera jornada liguera de la Segunda División del Fútbol Español. El encuentro arrancó con dominio de tintes rojiblanco ya que de las botas del capitán catalán, Àlex Granell, salió el primer disparo del partido desde la frontal, que se fue por encima de la portería contraria. El conjunto de Unzué quiso controlar el balón y el ritmo del partido para hacer el campo grande y estirarlo.
Pero, en el minuto 13, el Málaga tuvo una tímida reacción en forma de falta peligrosa que se encargó de despejar Alcalá de cabeza. Respondió con contundencia el Girona. Abrió a la banda Borja García, Marc Gual la puso al segundo palo y Gerard Gumbau perdonó, enviando el esférico al lateral de la red.
El Málaga empezó a mimar el balón y a cocer el ataque a fuego lento pero el tiro de Keidi Baré desde fuera del área volvió a chocar en la muralla de Alcalá. El equilibrio empezó a vislumbrarse sobre el césped, un nuevo córner para el Málaga volvió a ser repelido por la zaga catalana y el intento de gol olímpico de Renato Santos se marchó fuera.
Munir tuvo que entrar en acción tras un centro de Aday Benítez que dejó con la caña preparada en el segundo palo a Christian Stuani, quien se resarció -en el 29- marcando el gol de los locales con cierto suspense. Pulido Santana detuvo el juego, el VAR entraba en acción para comprobar si existió situación en fuera de juego. Finalmente no fue así.
El tanto no despertó lo suficiente al conjunto de Víctor Sánchez del Amo, del que solo tiró en ataque Mikel Villanueva. Así que los equipos se fueron a los vestuarios con la mínima ventaja local y todo por decidir.
El encuentro no parecía ser de ninguno en esta segunda mitad. Tanto el Girona como el Málaga compartieron el dominio y el balón. Pasaban los minutos y la confianza blanquiazul aumentaba y cercaba el área rival. La imprecisión producto de la ansiedad se notó entre los visitantes, cuya jugada de mayor peligro llegó en el 70 de las botas de Juanpi.
Gran combinación blanquiazul en el área que el venezolano envió al lateral derecho de la red. Jugaba el Málaga bajo la lluvia, con el dominio total y absoluto del esférico y del juego, que se producía en el campo local. Las oportunidades para los costasoleños llegaron a balón parado pero no sacaban petróleo los visitantes.
Era un monólogo malaguista, los jugadores visitantes tocaban y tocaban y el Girona aguantaba el chaparrón en todos los flancos, pero el tanto visitante no llegaba. Pasaron los últimos instantes, incluyendo los cuatro minutos de descuento, sin que el equipo visitante fuera capaz de meter el balón entre los tres palos y sumar algún punto. El partido finalizó 1-0.
