El maestro Emilio Oliva ya cuenta con un monumento que reconoce y homenajea su trayectoria, su vida y su pasión por el toreo y por Chiclana. El acto se celebró en la tarde de ayer en la calle La Vega, estuvo presidido por el alcalde, José Román, y en él estuvieron presentes los hijos y familiares del torero, amigos y toreros como Canales Rivera, Padilla, Víctor Janeiro, Gallo o Cristo González, entre otros. Además, unas 300 personas no quisieron perderse este reconocimiento y este homenaje.
Durante el acto, dirigido por el cronista taurino Luis Rivas, el hijo del maestro, el también Emilio Oliva, ha agradecido este homenaje a su padre en nombre de la familia, recordando que su padre siempre llevaba el nombre de Chiclana de bandera, allá a donde iba.
Por su parte, José María Román, ha recordado la gran persona que fue Emilio Oliva y cuánto quería a su pueblo. Además, ha destacado la importancia de este tipo de reconocimientos, con un monumento que lo recuerde siempre, puesto que a las generaciones del futuro siempre les quedará presente que el maestro fue una gran personas y un gran torero, de ahí el reconocimiento que se le hace. También ha agradecido la presencia de tantas personas en este acto, porque esto demuestra lo querido que era Emilio Oliva por su pueblo y por sus colegas de profesión.
Además, el escultor del monumento, José Antonio Barberá, ha recordado varias anécdotas con el maestro, explicando también que esta escultura, recuerda la plaza en la que Emilio Oliva tomó la alternativa, con asientos que recuerdan a una plaza de toros y con la intención de que sea algo interactivo, puesto que las personas que se hagan fotos en el monumento, pueden subirlas a redes sociales, concretamente a Facebook.
Hay que recordar que el proyecto, que cuenta con un presupuesto de 17.300 euros, de los que 15.000 han sido abonados por Cemabasa y el resto por aportaciones privadas, consiste en un punto de encuentro de dos alturas de escalones cómodos, de forma circular y con el mismo diseño y medidas, que la plaza de Toros de El Puerto de Santa María, lugar donde tomó el maestro chiclanero su alternativa. De esta forma, se ha recreado en hormigón en su color gris. La zona central es un pedestal de dos metros de diámetro y 80 centímetros de altura respecto al suelo; bajo el que reposarán eternamente las cenizas del maestro.
