El teniente de alcalde de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de El Puerto de Santa María, David Calleja, ha presentado la pieza del mes del Museo Municipal, una taza tipo bizcochada para beber agua cuyo origen se remonta al siglo XVI. Calleja estuvo acompañado por el director del Museo Municipal, Miguel Ángel Caballero, y el arqueólogo del Museo Alfonso Pando, estudioso de la misma.
Calleja, que agradeció el trabajo que realiza “la familia de Patrimonio Histórico”, definió la obra elegida como “una pieza maravillosa por su buen estado de conservación, pese a estar hecha en barro y datarse en el siglo XVI, que muestra una tonalidad muy significativa”.
El edil invitó a los portuenses a acercarse a las dependencias sitas en la calle Pagador, esperando que el elemento seleccionado “tenga la misma aceptación que los escogidos en los recientes meses anteriores”.
Por su parte Miguel Ángel Caballero, director del Museo Municipal, apuntó que la taza procede “de una de las intervenciones efectuadas en el Monasterio de la Victoria, que permitió numerosos descubrimientos, que iremos mostrando en las próximas fechas”.
El arqueólogo del Museo Municipal Alfonso Pando Molina explicó que la importancia de la pieza radica “no solo en su uso, formato o tipología, sino también en su lugar de procedencia, al hallarse en las actuaciones realizadas en el Monasterio de la Victoria en 1993, cuando el inmueble se restauraba y ponía en valor como simbólico ente cultural de la ciudad”.
“La pieza pertenece a los vasos denominados como de 'alcarracería' o de 'alcarrazas', cerámica de confección muy porosa que servía para refrescar el agua. Son producciones alfareras que se fabricaban, casi con exclusividad, para beber agua, hábito muy normalizado en la España de la Edad Moderna, una costumbre proveniente de época hispanomusulmana”, refleja el estudio, del que se deriva que la pieza del mes de enero es “una pequeña jarra o taza del tipo bizcochada de paredes finas, realizada en pasta de tonalidad anaranjada”.
La pieza está compuesta por un asa para sujeción, “manteniendo el borde marcado, además de estar decorada con dos acanaladuras en la zonas medial y distal, incluyendo unos gallones verticales que envuelven el cuerpo del vaso”.
Las dimensiones son de 10 centímetros de diámetro en su borde exterior y de 9,5 cm en su borde interior, con unos 9,4 cm de diámetro en su base y 8,4 cm de altura.
El estudio de Pando Molina refleja que, aparte de su uso tan particular, destaca su cronología, en torno al siglo XVI (aunque estas vasijas para beber agua continuarían fabricándose en los siglos XVII, XVIII y XIX), coincidente con el momento de construcción del Monasterio de la Victoria, así como su localización, “que tuvo lugar en los rellenos de la bóveda del coro de la iglesia, encontrándose junto a otros cientos de vasijas, también en estado completo”.
La visita al Museo, de carácter gratuita, puede realizarse de martes a viernes de 10:00 a 14:00 horas y sábados, domingos y festivos de 11:00 a 14:00 horas.