La reapertura del estadio José del Cuvillo parecer haber dado un halo positivo a un equipo que respira con confianza ante un reto que debe confirmar con el paso de las jornadas su destino final, en este campeonato que se antoja emocionante. El Racing Portuense se siente fuerte, motivado y con la confianza de estar haciendo lo correcto para poner toda la carne en el asador y trasladar toda la presión posible y acercarse más aún a los puestos más altos para asentarse en ellos.
Que solo se hable de fútbol también ha sido bien recibido por una afición que vuelve a creer en todo cuanto se viene haciendo -y no es poco- en la entidad racinguista. Un club responsable, cercano y que tiende a recuperar el tiempo perdido con una infraestructura que se asienta.
El racinguismo, el de antes y el que florece con los jóvenes que acompañan al club, se siente otra vez protagonista de un proyecto que va tomando cuerpo. Esa normalidad que ya se extrañaba y en el que el aspecto deportivo es el predominante.
A las buenas noticias de ver de nuevo el estadio abierto y con la afluencia masiva de aficionados, el equipo no ha querido ser menos y a coronado aún más, redondeando el momento con dos victorias seguidas en el Cuvillo. Todo a pedir de boca. Es por ello que en esa ola positiva y a tenor de los dos próximos envites, el vestuario se ha conjurado en hacer lo propio en las dos próximas. El Alcalá, próximo rival, suma seis derrotas seguidas.
El Cuvillo acogerá el derbi ante el Estrella, también en apuros con cuatro derrotas continuadas.