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La pandemia deja un Corpus Christi lleno de intimidad en Málaga

Congregó en a Catedral a una amplia representación de los movimientos, hermandades, cofradías, asociaciones, religiosas, sacerdotes y laicos

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  • Un momento de la Eucaristía. -
  • La eucaristía, Presidida por el oispo de Málaga, Jesús Catalá, culminó con al procesión de la sagrada forma en el templo catedralicio

Las tradiciones religiosas también se viven estos días con mascarilla. Y el Corpus Christi no iba a ser una excepción. Sin la divina forma en la calle y con actos eucrísticos recogidos, discretos y con contados asistentes.  El Corpus congregó en la Catedral a una amplia representación de los movimientos, hermandades, cofradías, asociaciones, religiosas, sacerdotes y laicos “que conforman la riqueza de la Iglesia malacitana”, a quienes el Obispo agradeció especialmente su testimonio de fe, indicaron desde la Diócesis malagueña

Pasados unos minutos de las 11.30 horas, daba comienzo en el templo mayor malagueño la celebración de la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, en la que Catalá recordaba “esta dura experiencia vital nos anima a dirigir la mirada de nuevo a Jesucristo, roca firme y fundamento de nuestra existencia que no falla ni se derrumba nunca”. EL prelado indicó también que “el pan eucarístico alimenta nuestra caridad, es alimento y fuerza para la entrega diaria al hermano necesitado”, por lo que apeló a los fieles porque “tenemos grandes retos pero debemos afrontarlos juntos. Todos los cristianos formamos parte de Cáritas, que es la expresión de amor de la Iglesia católica. Y todos juntos estamos llamados a reconstruir nuestra sociedad transformando nuestro estilo de vida al estilo de Jesús. Participar en la Eucaristía compromete a vivir como Jesucristo”, ha añadido.

La fiesta del Corpus Christi ha culminado con la procesión claustral del Santísimo por las naves del templo catedralicio, portado por el obispo. Ha sido adorado por todos los fieles presentes, que a continuación, han recibido la bendición con el Cuerpo de Cristo.

La celebración, indican desde la Diócesis de Málaga, ha estado acompañada musicalmente por cantos eucarísticos en su mayoría, como Yo soy pan de vida, Cerca de ti, Señor ,y en las partes más íntimas, piezas como O salutaris Hostia de Marton, interpretados al órgano por Antonio del Pino y cantados por una representación del Coro de la Catedral.

Un Corpus diferente

Varios son los testimonios de los asistentes estacados por la Diócesis de Málaga. Así, Isabel García Bravo, secretaria general de Cáritas Diocesana de Málaga, sobre esta particular celebración del Corpus, Día también de la Caridad, en la Catedral, lo considera "extraño, porque estamos acostumbrados a vivir esta fiesta masivamente, y ahora incluso la cercanía está limitada. Pero en Cáritas siempre afrontamos todo con esperanza, viendo lo bueno de las situaciones y la oportunidad que nos brindan".

Por su art, Ana Torralba, presidenta-delegada de Manos Unidas en Málaga, acudía con la certeza de vivir "una experiencia preciosa, más íntima, que nos va a ayudar a pensar más en lo que significa tener a Dios en el pan y en el vino. Tengo muchísimas granas de vivir esta procesión claustral y tenemos que agradecerle a Dios haber pasado esta situación y poder estar aquí hoy".

Pablo Atencia, presidente de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Málaga, ha manifestado a diocesismalaga.es en representación de las Cofradías de Málaga que "un año más estamos acompañando en el día del Corpus Christi a nuestro Obispo y nuestra diócesis. Y aunque estamos en un año atípico, en el que igual que con la Semana Santa, tampoco hemos podido sacar el Corpus a la calle, sí estamos aquí presentes en nuestra Catedral para acompañar al Cuerpo de Cristo junto a todos los cofrades y toda la Diócesis aquí representada".

Por último, Leticia Montero, directora de las Misioneras de las Doctrinas Rurales, confesaba que "en un primer momento da pena pensar que tenemos al Rey, que es Cristo, aquí encerrado sin poder salir a la calle, pero luego, piensas que para él no hay fronteras, y todos los cristianos que celebramos que Dios se ha querido quedar con nosotros de una manera real y sustancial en la Santísima Eucaristía, en la manera en que podamos, en nuestras parroquias, en casa los que no puedan, sabemos que Dios es el Rey del mundo. Los altares que solemos levantar en este día en las calles, pongámoslo en nuestro corazón, que ese altar está siempre disponible. Esa alegría nadie nos la puede quitar, como no se la han quitado a cristianos de todas las épocas que, a pesar de la enfermedad o la persecución, han tenido siempre al Señor con ellos".

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