Los historiadores siguen divididos sobre la cuestión de si se trató de un banal accidente de avión, hace 65 años, o de un atentado ordenado por la Unión Soviética.
“La finalidad de la exhumación es verificar las diversas tesis sobre su muerte”, explicó a la AFP Malgorzata Klys, jefa del Instituto de Medicina Forense de la Universidad Jagellone, donde se realizará una autopsia de los restos del general Sikorski.
“Nosotros queremos intentar responder a la cuestión de si el general murió en un accidente, o si pudo haber sido asesinado”, precisó Klys.
Hoy, los restos del general serán nuevamente inhumados en la catedral donde reposan los ex reyes de Polonia y otros héroes polacos, durante una ceremonia religiosa celebrada por el arzobispo de Cracovia, monseñor Stanislaw Dziwisz.
Unos 20 expertos, médicos forenses y criminólogos, así como procuradores, participarán en este peritaje. Los resultados completos se conocerán dentro de un mes.
Versiones
El general Sikorski falleció el 4 de julio de 1943, cuando el aeroplano en el que viajaba, un B-24 Liberator, se precipitó contra el mar Mediterráneo en extrañas circunstancias, momentos después de despegar del aeródromo de Gibraltar.
Durante la II Guerra Mundial, Sikorski fue jefe supremo de las Fuerzas Armadas polacas y primer ministro en el exilio, ya que Polonia permanecía ocupada por fuerzas alemanas y soviéticas.
La versión oficial sostiene que la colisión se produjo por un fallo del aparato, pero desde hace años numerosas teorías especulan sobre un posible sabotaje y sostienen que el militar pudo ser realmente asesinado por británicos, la KGB o incluso por opositores polacos.