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Jerez

Las zambombas se abren paso a pesar del Covid

El tabanco Cruz Vieja y el tablao flamenco Puro Arte rompen el hielo con un formato de espectáculo navideño, aforo limitado y siguiendo el protocolo sanitario

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Un momento de la actuación del Coro de La Abuela María en el Tablao Puro Arte este domingo en su zambomba.

  • El Ayuntamiento está trabajando para llevar este modelo a los Claustros de Santo Domingo y ya está contactando con coros

Tal fin de semana como este hace un año comenzaba en Jerez la temporada “oficial” de zambombas, que no oficiosas, pues ya se habían celebrado unas cuantas, pero no dentro del periodo recogido en el bando municipal (del 29 de noviembre al 25 de diciembre). Una normativa que, por el momento, ni ha salido ni se le espera, después de que la pandemia del coronavirus haya borrado del horizonte la celebración de las zambombas, al menos de la forma que siempre las hemos conocido y disfrutado hasta ahora. La delicada situación sanitaria por la crisis del Covid hace inviable ese modelo y todas las connotaciones que subyacen de él (su filón para atraer turistas, las aglomeraciones de personas...), pero sí dan opción a otro formato que se asemeja más a un espectáculo flamenco que a una zambomba propiamente dicha, al margen de que los organizadores la denominen así.

Y es lo que ha sucedido este fin de semana en Jerez, de la mano del Tabanco Cruz Vieja, en San Miguel, donde a partir de ahora sábados y domingos hay “zambomba flamenca” a las tres de la tarde en las próximas semanas o el Tablao Flamenco Puro Arte, en la calle Madre de Dios. En ambos establecimientos, se exige reserva previa y se recalca que por la situación especial de la pandemia hay aforo limitado. En el caso de este último, tras una toma de contacto el pasado fin de semana, ayer de dos a seis de la tarde celebrararon su primera zambomba con el Coro deLa Abuela María.  Tal y como resalta Antorrín Heredia, cantaor y director de teatro y que está al frente de este tablao desde febrero, más que de celebrar una zambomba, se trata conservar “de manera simbólica las tradiciones garantizando siempre la salud “. Para ello, han preparado una programación que se extenderá hasta el 24 de diciembre, que irán adaptando a la situación sanitaria y en la que cumplirán escrupulosamente todas las medidas de seguridad.

En este sentido, según detalla, los comensales estarán en mesas de seis, que estarán separadas por la distancia que marca la ley sanitaria, se les tomará la temperatura al entrar, deberán llevar mascarilla y en todo momento deberán permanecer en sus mesas, aunque se puedan levantar para cantar pero sin quitarse nunca la mascarilla ni sin moverse de su sitio. Al limitar el aforo al 30%, no habrá más de 50 personas en un tablao que cuenta con la ventaja de tener unas generosas dimensiones, lo que se traduce en una capacidad para 240 personas. Lo mismo ocurre con el escenario, “al ser grande hace el efecto de una cuarta pared y hay mucho espacio entre comensales y artistas”, señala.


Coros de 10 componentes

Las restricciones actuales también afectan al propio coro, que ha tenido que reorganizar sus voces, quedándose con las principales, al tenerse que reducir a diez miembros, dejando también fuera a sus integrantes de mayor edad por la delicada situación sanitaria. Es el caso de la propia abuela María que da nombre a esta agrupación, y que tampoco podrá estar por contar con 85 años.

Consciente de que todas las miradas van a estar puestas en los primeros que rompan el hielo y organicen este tipo de espectáculos, Heredia hace un llamamiento a que los hosteleros le sigan en las medidas de sus posibilidades y atendiendo siempre a las recomendaciones sanitarias. “Los contagios no los ha dado la hostelería, los da la indisciplina de la gente particular. Se trata de echar un buen rato y cantar villancicos y darnos un poco de alegría”, explica a este medio.  

Y hay más que se animan. El propio Ayuntamiento, aunque ha suspendido las zambombas previstas en el Cine Astoria y del Teatro Villamarta, ya está trabajando para llevar este nuevo formato de espectáculos de Navidad a los Claustros de Santo Domingo, siguiendo las limitaciones de aforo, es decir, con 120 asistentes sentados y coros de no más de 10 miembros.

Pero hay más iniciativas, en este caso solidarias, Restaurantes como La Piedra, cuya zambomba debería haber sido este doming pasadoo, colaborará con Costaleros por nuestros mayores, a los que entregará el kilo de alimentos que lleven los clientes hasta el próximo 20 de diciembre y que podrán canjear por una copa gratis.   De esta manera, su zambomba solidaria seguirá en pie de forma simbólica “aunque este año no nos podamos reunir”. 

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