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España

Estudiantes denuncian la situación de frío en el interior de las aulas

Denuncian que en muchos centros se encuentran con los calefactores rotos, falta de aislamiento en las aulas y con temperaturas bajo cero

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  • Estudiantes dando clase con abrigo. -

La Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes (CANAE) denuncia la situación de frío extremo en el interior de los centros educativos, situación que consideran "insostenible".

Según critica la Confederación, el regreso a las aulas tras las vacaciones de Navidad "ha sacado a relucir la preocupante situación de cientos de centros educativos en todo el país, que están atravesando una de las peores olas de frío en los últimos años".

En este sentido, denuncian que en muchos centros se encuentran con los calefactores rotos, falta de aislamiento en las aulas y con temperaturas bajo cero en los primeros días de clase tras las vacaciones de Navidad.

A todo esto hay que sumar las recomendaciones sanitarias, que insisten en la apertura de puertas y ventanas para reducir las posibilidades de contagio por COVID-19, lo cual supone "un hándicap más a la hora de dar clase que, junto a las mascarillas y la semipresencialidad, dificulta la docencia para miles de estudiantes y profesores".

"La educación es un derecho fundamental, y como tal, debemos garantizar su calidad. No se pueden repetir las mismas imágenes de compañeros y compañeras con mantas y chaquetones en los pupitres", declara la presidenta de la organización estudiantil, Andrea G. Henry, que insiste en que los estudiantes quieren dar las clases de manera presencial, pero eso sí, en "condiciones dignas".

Dada la "situación precaria" de muchos colegios, institutos y demás centros de enseñanza, desde CANAE reclaman una mayor inversión que refuerce estas instalaciones. Así, consideran prioritario que todos los centros cuenten con un sistema de calefacción de calidad y medidas que permitan la docencia dentro de sus aulas. "Las aulas han de ser seguras y deben estar bien equipadas para combatir el frío", concluye Andrea G. Henry.

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