Puerto Real y la Bahía de Cádiz al completo amanecía pendiente de la reunión que iba a mantener la dirección de Airbus con el comité europeo en el que están representados los trabajadores, organizada desde su sede de Toulouse (Francia). De allí se preveía saldría la noticia del cierre de la planta puertorrealeña. Mientras tanto, el comité de empresa de dicha mantenía su calendario de protestas con una concentración y un posterior encierro indefinido. Y poco antes de las doce, llegó la primera llamada. Eran buenas noticias, aunque a lo largo del día se comprobó que tampoco eran las mejores.
El que hoy (por ayer) no se haya decretado el cierre no quiere decir que éste no está ya acordado, ¿Quién garantiza que no se decida mañana? ¿O después de ciertas elecciones? ¿O, simplemente, que no se diga y se deje morir vaciándola de personal y carga de trabajo?No se hizo mención al cierre, como casi todo el mundo se temía, pero “tampoco al no cierre”, tal y como se esmeró en explicarse la multinacional aeronáutica a lo largo de la jornada. Lo que traducido significa que la situación de esa planta gaditana es “crítica” y su futuro sigue en el aire, pendiente de que se encuentre una solución que garantice su competitividad y permita su continuidad. Desde el punto de vista de los trabajadores, “se gana un poco de tiempo”.
Podríamos decir que se ha ganado una batalla pero no la guerra. Alegría con cautela, con mucha cautela porque ya hay quien habla de que lo único que se ha logrado es alargar la agonía. Los más optimistas creen que ahora se abre un proceso de negociación con la dirección de Airbus del que puede salir la continuidad de la planta de Puerto Real. Con el tiempo se sabrá qué postura es la acertada. En lo que todas las posturas coinciden es en la necesidad de no bajar la guardia y mantener la lucha y la presión política, sindical y social para evitar el adiós a dicha planta.
Fue el presidente del comité de Airbus Puerto Real, Juan Miguel Trujillo, quien, megáfono en mano, durante la concentración, anunciaba que la empresa no se planteaba el cierre de la planta de Puerto Real, ni ninguna otra en España, al tiempo que aseguraba que no se perderá ningún empleo.
Esta información le llegó poco antes de las doce del mediodía de este miércoles a través del portavoz de los trabajadores de Airbus España que acudió a dicha reunión con la empresa. Según Trujillo, Airbus les ha trasladado su voluntad de “dar una oportunidad para el diálogo y la negociación” bajo “el axioma de que no se va a cerrar ninguna planta, ni se va a perder empleo en España”.
Explica Trujillo que “son elementos que hemos estado reclamando a lo largo de los últimos tiempos, incluso desde hace más de un año, para defender el sector aeronáutico, la industria, donde era clave evitar que se hubiera producido algún cierre de algunas de las plantas matrices como se estaba pretendiendo”.
Ante estas noticias, los trabajadores de la planta de Airbus de Puerto Real decidieron desconvocar el encierro porque las han interpretado como una señal de esperanza y de disposición a la negociación. “Ganamos tiempo, un poco de aire para poder seguir con las negociaciones. No es para irse de fiesta porque el problema persiste, el partido no está ganado y hay que seguir negociado”, explicaba a Efe Alejandro González, miembro del comité de empresa de Airbus Puerto Real por CCOO.
Pero insistimos, poco después Airbus matizaba que “la compañía no ha hecho ninguna mención al cierre o al no cierre de Puerto Real”, dejando su futuro de nuevo en el aire. Eso sí, aseguró que trabaja “en la mejor solución posible para el futuro a medio y largo plazo” que garantice “la sostenibilidad de las operaciones industriales de Airbus en España”.
Para los trabajadores, según Trujillo, se trata ahora de “alcanzar acuerdos de verdad” entre la empresa, los trabajadores y las administraciones para “ganar tiempo” mientras se recupera “la demanda de los más de 7.000 aviones civiles pendientes de entrega”, aunque “sin abandonar la lucha”.
“Es una alegría contenida, las cosas no están clarificadas. Significa que se lo han pensado. Y cuando la multinacional se lo piensa, da pie a buscar otra salida”, explica Alejandro González.
Sin embargo CGT ha considerado “una irresponsabilidad absoluta” abandonar las movilizaciones sin ningún compromiso y ha anunciado que sus representantes continuarán con ellas, con una acampada a las puertas de la fábrica. “El que hoy (por ayer) no se haya decretado el cierre no quiere decir que éste no está ya acordado, ¿Quién garantiza que no se decida mañana? ¿O después de ciertas elecciones? ¿O, simplemente, que no se diga y se deje morir vaciándola de personal y carga de trabajo?”, apunta la CGT.