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Cualquier persona que opine de forma diferente es tachada de simpatizante. Pero, por lo demás, está el principio de legalidad, de seguridad jurídica, de irretroactividad de las leyes, sólo eludible por el de aplicación de la norma más favorable…

No sé qué mensaje pretende trasladar la Fundación Cruzcampo con la norma de prohibir la entrada a menores, que no es norma sino injusta regla. Es evidente que detrás de tan burda medida no hay más que una apariencia de protección de los intereses de los menores, incluso por encima del sentido común.

Son un desacierto legal, por ser contrarias al derecho constitucional y fundamental a la tutela judicial efectiva

Aquí, y al amparo del fundamental derecho de tutela judicial efectiva, su señoría debería individualizar de inmediato los hechos incriminatorios contra los mismos y elevar la cuestión al Tribunal Supremo o Superior de Justicia, según proceda.

La sentencia del juicio a Ortega Cano parece olvidarse del principio de verdad material (la simple y pura verdad) que alumbra todo el proceso penal, versus el principio de verdad formal (verdad aparente) característico del derecho civil.

No existe hoy justificación posible para mantener la figura del aforado existiendo más de trescientos políticos imputados en distintas causas por la posible comisión de delitos, cometidos precisamente valiéndose de sus cargos y que invariablemente significan meter la mano en la caja de todos.

Si por ejemplarizante debemos entender ejemplar, debo recordar que todas las sentencias son ejemplares, dado el carácter preventivo general de las penas, dirigido a evitar la comisión de delitos por el resto de la sociedad.

La pregunta es si el Derecho ampara las mentiras del imputado o acusado. La respuesta es afirmativa, y lógica, pues para ejercitar la defensa propia y generar pruebas de descargo es a menudo necesario acudir a la mentira.

Bajo la apariencia de protección de los derechos de los difuntos lo que protegemos son nuestros derechos, de tal manera, verbi gratia, que no se difama al fallecido sino a nosotros, sus familiares.
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