Hace unos días tuvo lugar una reunión entre técnicos de la Administración y de Agrupaciones de Producción Integrada de diferentes comarcas olivareras de la provincia con los responsables del Proyecto Life “Olivares Vivos”. El sistema de producción integrada es el método de cultivo que aúna una mayor rentabilidad para el agricultor con el objetivo de conseguir la mayor calidad de la aceituna y el menor impacto ambiental posible. Y “Olivares Vivos” es un proyecto que ha articulado procedimientos para incrementar la biodiversidad asociada al cultivo del olivo.
Traigo a colación la noticia de esta reunión a “Quien a buen árbol se arrima...” porque tendrá unas implicaciones futuras muy relevantes para sacar al mar de olivos de los graves problemas ambientales de los que adolece en buena parte de su superficie, relacionados fundamentalmente con una grave pérdida de suelo fértil a causa de la erosión, contaminación difusa del entorno por abuso de fitosanitarios y pérdida de biodiversidad por excesiva simplificación del cultivo, todo ello en perjuicio de la renta del agricultor e indirectamente del resto de la sociedad. Problemas que siguen sin resolverse y que pueden quedar escondidos bajo la alfombra de la solicitud de declaración del paisaje del olivar como Patrimonio de la Humanidad.
El Proyecto Life “Olivares Vivos” (que cuenta ya con una renovación del proyecto) ha recogido buena parte del conocimiento que ya existía en relación al manejo de cubiertas vegetales y otras formas de enriquecimiento del paisaje para estructurarlo en un conjunto de manejos que garantizan el incremento del número de especies vegetales y animales presentes en el cultivo y con ello han creado un distintivo de calidad, el cual garantiza al consumidor que el aceite del que disfruta se ha obtenido en fincas de alta biodiversidad. Según un estudio de mercado previo que hicieron en varios países hay un gran potencial de consumo con estas garantías ambientales. Al mismo tiempo el incremento de la diversidad biológica según estos procedimientos también ayudan al olivarero a producir a menor coste al incrementarse los servicios ecosistémicos.
La sinergia entre las Agrupaciones de Producción Integrada del olivar y “Olivares Vivos” puede ser un poderoso estímulo para que el páramo con árboles en el que se ha convertido buena parte del olivar jiennense sea el “bosque humanizado” que muchos quisieran ver en nuestros campos y para que la siempre complicada exportación de nuestros aceites tenga un acicate más ante un consumidor europeo cada vez más preocupado de impacto ambiental que tiene lo que compra.