Se celebra hoy día 12 de mayo de 2022 un homenaje a las personas trabajadoras en la estiba del Puerto de Algeciras, mediante la reubicación del busto en memoria de José Luís Batugg, que falleció en trágico accidente laboral un fatídico 15 de julio de 1987. Este busto se encontraba desde la última década del siglo pasado frente al auditorio Millán Picazo en el puerto de Algeciras.
La muerte en accidente laboral de José Luis se produjo un señalado día para las gentes del Mar, víspera de la Virgen del Carmen, en el contexto de una jornada de huelga intermitente, ya que se trabajaba una hora y paraba la siguiente. El suceso conmocionó a muchas personas llegando a decretarse un día de luto en la ciudad, siendo alcalde Ernesto Delgado. La iniciativa de conmemorar esta lamentable pérdida, que reflejó la situación de inseguridad laboral en la estiba por aquellos años, fue del entonces Presidente de la APBA José Arana, que siempre tuvo presente a la ciudad de Algeciras, además de a las gentes del mar y del puerto. Su impronta personal llena de humanidad señaló una etapa muy particular en las relaciones puerto-ciudad.
Hoy al mencionar a José Luis Batugg se debe tener presente a toda una profesión que se ha desarrollado al ritmo del mismo puerto. Las personas estibadoras han sido esenciales en cualquier puerto y sus condiciones laborales se desarrollaron desde los tiempos antiguos en clave esclavista, alojando y desalojando mercancías de las bodegas de los buques, trasladándolas a los vehículos en tierra para que llegaran a sus destinos. Hasta la década de los 80 las condiciones físicas de las personas estibadoras eran esenciales. Los sistemas automáticos eran inexistentes y a la “fuerza” tenía que moverse toda la mercancía, durante jornadas interminables de mañana y tarde (jornada partida). “Los fardos de corcho apilados a mano, el barco de la arena y caolín (arcilla blanca) o, el más duro de todos, trabajo en el barco congelador, donde los portuarios a -18ºc tenían que despegar uno a uno los atunes pequeños, y meterlos en redes para sacarlos de las bodegas”. Desde el hoy, mucho parece haberse recorrido, aunque también queda bastante por andar en esto de la dignificación de la clase trabajadora en general y de las gentes del mar y de la estiba en particular.
José Luis desde muy temprana edad, 8 años, trabajó, como muchos de los hijos de la clase obrera. La necesidad de ayudar a una familia compuesta por una madre y 4 hermanos, con un padre ausente eran, más que evidentes, vitales. Su madre, trabajadora “transfronteriza” limpiando casas en Gibraltar y sin cotización alguna, no abarcaba las necesidades familiares. José Luís, desde que entró muy joven en la estiba, tenia conciencia de que la lucha por la dignidad de los marineros y de los portuarios era dura pero necesaria. Había que resistir, para mejorar las condiciones laborales, no sólo del momento sino también de las generaciones futuras. La ausencia de sistemas de formación profesional empujó a José Luis al autodidactismo, ofreciéndose a ayudar a cualquier compañero que le solicitara hacer alguna gestión o reivindicar derechos. Colaboró habitualmente con la revista “La Estiba”, desempeñando tareas como delegado sindical hasta el momento de su muerte a la temprana edad de 44 años. La referencia a un acto similar al que se celebra en esta fecha tuvo lugar en 2013 en los eventos conmemorativos del centenario de la primera piedra del Puerto de Algeciras. Así quedó constancia en la prensa local: “El domingo 25 de mayo de 1913 el Ministro de Fomento D. Miguel Villanueva colocaba la primera piedra del futuro puerto de Algeciras, cien años después el sábado 25 de mayo de 2013, la Coordinadora Estatal de Trabajadores del Mar, La Trocha y el historiador Manuel Tapia Ledesma han querido rendir un homenaje a los trabajadores del puerto que perdieron su vida en acto de servicio, depositando flores en el busto dedicado al portuario José Luis Batugg…”
Volvemos a reencontrarnos con “José Luis Batugg”, en esta entrada central del Puerto de Algeciras, para que quienes deambulen en sus idas y venidas por esta puerta entre Europa y el Mundo, tengan la ocasión, siquiera un instante, para reconocer en el busto de José Luís las señas de la dignidad de las personas que trabajan en la Estiba.
Fdo Rafael Fenoy