Cajasol calcula cerrar en un mes su fusión con Guadalajara

El presidente de Cajasol, Antonio Pulido, calculó ayer que posiblemente antes de un mes o “mes y algo” habrá cerrado su fusión con Caja Guadalajara, en una operación que será la primera entre entidades de distintas regiones.

En su intervención en un foro financiero en Madrid, Pulido explicó que después de alcanzar el lunes un acuerdo laboral para la fusión de ambas entidades, que se firmará hoy aunque UGT ha rechazado el documento, la unión con Caja Guadalajara está próxima a su culminación.

Pero aunque la dimensión que adquieran las entidades es importante, Pulido destacó que no es la única respuesta para mejorar y apuntó la necesidad de encontrar vías para captar capital y así cumplir con las mayores exigencias internacionales.

En su opinión, una de las fórmulas pueden ser las cuotas participativas -valores similares a las acciones pero que por ahora no tienen derechos políticos-, pero puede haber “otros instrumentos” que permitan a las cajas cumplir con las mayores exigencias.

“Soy partidario de abrir un proceso de capitalización de las cajas de ahorros con fórmulas dinámicas”, dijo, y por eso “apoyaré cualquier proceso que vaya en esa dirección”, una disposición similar a la que minutos antes mostró en el mismo foro el presidente de Unicaja, Braulio Medel.

En concreto, la caja resultante de la fusión entre Cajasol y Caja Guadalajara se convertirá en la duodécima por volumen de activos, al sumar entre ambas 29.998 millones de euros, con lo que quedaría por detrás de otras entidades, como la que nazca de la unión entre Caja Duero y Caja España.

Según los datos recogidos por Efe de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) correspondientes al cierre de 2009, del total del volumen de activos (29.998 millones) la mayoría provienen de Cajasol, que aporta a la fusión 28.243 millones, mientras que los restantes, 1.754, son de Caja Guadalajara. En cuanto al volumen de depósitos, la entidad resultante de este proceso sumará 21.240 millones de euros.

Paralelamente, tanto el Gobierno andaluz como el de Castilla La Mancha daban luz verde ayer al convenio que regulará la autorización, las condiciones y el periodo transitorio del proceso de fusión entre Cajasol y Caja Guadalajara, con el que pretenden agilizar el proceso en una unión que, según el consejero de Economía, Innovación y Ciencia, Antonio Ávila, contribuye a “fortalecer el sector financiero andaluz, dotarlo de mayor dimensión y proyectarlo con mayor solvencia”.

Este convenio hace prevalecer la normativa andaluza sobre cajas de ahorro en todo el procedimiento, a excepción de los plazos de resolución, más exigente en la de Castilla La Mancha, al establecer tres meses en lugar de los seis de la andaluza, la norma que “ilumina” el proceso de fusión por absorción, según Ávila.

En cuanto al aspecto laboral, UGT rechazó ayer el pacto firmado el lunes de madrugada entre las entidades y CCOO porque “refleja condiciones laborales diferentes según la caja de procedencia”, además de no recoger una “renuncia expresa a la aplicación de cualquier tipo de medida traumática de reestructuración de plantilla”.

Tampoco incluye, afirma UGT, una garantía de empleo y desarrollo profesional que consolide a los trabajos y una homologación al alza del sistema retributivo y resto de condiciones vigentes, cuando el principal objetivo era que la plantilla de Caja de Guadalajara se equiparase a la de Cajasol.

Rato, sentencioso
El presidente de Caja Madrid, Rodrigo Rato, ha asegurado que el número de cajas se reducirá a menos de la mitad tras la reestructuración del sistema financiero y que podría situase en torno a 20 entidades al final del proceso.

Rato explicó que actualmente el 50% del sistema financiero está sometido a un proceso de reordenación y que en la primera fase del proceso quedarán unas 25 cajas, mientras que en una segunda fase el número quedará reducido a 20.

Durante su intervención en unas jornadas financieras, Rato también señaló que el sistema financiero debe reestructurarse para reducir la 'sobrecapacidad' que existe en este momento, pero que el riesgo de no hacer nada "no está en el hoy", sino en el futuro.

En este sentido, indicó que el gran riesgo es que el crédito no pueda crecer cuando la economía comience a recuperarse. "El riesgo es que la economía intenta tirar pero no haya gasolina en los surtidores", añadió.