Este domingo 12 de febrero en Madrid ha vuelto a manifestarse la vida contra Ayuso. Isabel Díaz Ayuso es el máximo exponente en España de la ofensiva parasitaria que ya no aplica campos de exterminio al estilo nazi ni la sentencia del frío y el hambre al estilo estalinista. Simplemente, dejan a la gente morir por falta de recursos, en nuestras narices, y pretenden aparentar que el tufo a muerte es una invención de sus adversarios.
Su tesis ideológica es la de una jerarquía estricta e insalvable que extrae los recursos del pueblo para la clase dominante a base de contratos que se nutren del dinero público. En este plan de planes, no tienen cabida las personas de pocos recursos que necesitan más que aportan, porque no son buenos contribuyentes de los que extraer dinero para los mencionados contratos; más al contrario, consumen presupuesto que las clases altas extractivas podrían captar. Si hay una población muriéndose de frío en la Cañada Real, en este plan de planes el objetivo es que el fío se encargue de ellos. Si la gente necesita ser curada, el objetivo es que paguen por ello o, en su defecto, se mueran. Todo individuo que no pueda ser esquilmado sobra para la títere Ayuso y la bunquerizada y desleal camarilla que la sostiene y coordina.Emplean una ingente cantidad de recursos económicos para alterar la realidad a ojos de los votantes. Insuflan pasta a los medios de prensa reaccionarios cuyo objetivo es el de salvar la gestión de Ayuso vertiendo toneladas de mierda en sus oponentes políticos. A los negocios hay que echarles billetes.
El problema es que los triunfos que ya han saboreado los han alejado de la realidad hasta el punto de que acaban siendo estafados por sus propias mentiras, y cometen errores. El plan era que la prensa tejiera para ellos, como en el caso de los invasores de V, un disfraz de mamífero sobre una piel de reptil, y acostumbrados a pasearse con esta piel, han olvidado que la llevan, y creen que la gente los acepta como son realmente.
Por eso se han permitido, por ejemplo, responder a la viuda de Carlos Saura, quien, en el momento de dolor y emotividad en que recogió el Goya para el director, agradeció la labor de los sanitarios y llamó a defender la Sanidad Pública. Se han permitido responderle que su marido fue atendido en una clínica de gestión público-privada. En algo que era casi el velatorio del director, han ido a repartir pasquines de propaganda sin darse cuenta de que el secreto de su éxito no era convertir a la sociedad en reptiles, porque eso no sucederá nunca, sino fingir que ellos son como los demás.
Y no lo son. El más rancio y pendenciero seguidor del PP que repite los mantras sobre los inmigrantes y las paguitas sigue siendo un ser humano que llora cuando los niños pasan frío y los ancianos mueren sin asistencia; por eso, cuando no estaban tan confiados, intentaron culpar de la gestión de las residencias a Pablo Iglesias. A día de hoy, creo que serían capaces de sacar pecho por aquella eugenesia programada.
Este domingo la gente se ha manifestado en Madrid para defender la vida contra Ayuso. Dirá que es una maniobra política que no refleja el sentir de la ciudadanía, pero hay una manera bastante sencilla de comprobar si esta teoría es cierta: solo tiene que emplear toda su pasta y altavoz para convocar una reunión semejante de personas que defiendan su gestión sanitaria, la privatización, con carteles con la cara del comisionista de su hermano y de los otros sinvergüenzas comisionistas de su entorno, e intentar que la gente los quiera y respete más que a nuestro personal sanitario en pie de guerra.
Os habéis equivocado de siglo, de pueblo y de camino, y lo pagaréis en las urnas.
