La asociación Salam Paz ha colaborado con materiales y con una ponencia. Los pasillos de la entrada del centro estaban llenos de carteles y mensajes
¿Quién dice que la juventud no se moviliza? Con el proceso de Bolonia está destapándose de nuevo el espíritu de la revuelta estudiantil de 2001 en contra de la malograda Ley Orgánica de Universidades (LOU). Un ejemplo de ello es la Asociación Contra la Mercantilización de la Educación (ACME) que integra a distintos colectivos del ámbito de la comunidad educativa. El objetivo de esta entidad es denunciar aquellos aspectos o decisiones relacionados directamente con el ámbito académico, además de poner de manifiesto cuestiones o situaciones que consideran injustas. Al fin y al cabo, como dicen los alumnos, “todo tiene que ver con nosotros y con la educación, ya sea de una manera u otra”.
Precisamente, el pasado jueves, varios alumnos del Instituto Cornelio Balbo (pertenecientes a ACME) organizaron unas jornadas con el fin de promover entre sus compañeros de pupitre un conocimiento mucho más profundo del conflicto del Sahara. Para ello contaron con la colaboración de la asociación de ayuda al pueblo saharaui, Salam Paz.
Natalia es sólo una de las alumnas de este instituto de la capital, que con sólo 17 años conoce muy bien el conflicto: “Los políticos no hacen nada por zanjar este problema, que tiene una solución política, así que lo tendremos que promover nosotros, organizándonos y exigiéndoles una solución a una situación que no es justa para nadie y que los saharauis no se han buscado. Ellos tienen todo el derecho a decidir sobre su territorio”.
El pasado jueves, la entrada del Cornelio Balbo estaba llena de carteles y de mensajes acercando el problema a los estudiantes. A esta iniciativa se sumó una ponencia en la que intervinieron dos socios de Salam Paz y miembros de ACME. Un pequeño paso, que removió los cimientos del problema.