Como colofón al soberbio pregón de Semana Santa que regaló a Jaén Juanlu Plaza, el Obispo le dedicó una primicia diciéndole “esto va por ti”. Como si le estuviera dedicando una copla o le estuviera brindando con entusiasmo una faena. Y allí, desde el atril de pregonero, anunció la Magna de Jaén del Año Jubilar que está por venir, poniendo en suerte una nueva fecha cofrade en el horizonte a un año vista.
Desde entonces hasta hoy los cofrades andan barruntando al respecto. Revolucionados. En los grupos de Whatsapp este tema lo copa prácticamente todo. Se suceden cábalas. También los memes de dudoso gusto que viajan a través de los Smartphones conforme nos vamos enterando quienes integran la convocatoria de imágenes. Y ahí es donde está el asunto: en el criterio de selección.
No debe ser sencillo darle forma a lo que se pretende. Y lo que se pretende es que una veintena de titulares de toda la provincia procesionen en la capital, que llegado el día, será más del Santo Reino que nunca por motivos evidentes. Y a cuentagotas se van conociendo qué imágenes entran dentro de la esta selección diocesana. Trasciende que si una de Alcalá la Real, otra de Andújar, otra de Baeza y así sucesivamente hasta dar representatividad a lo más significativo de la provincia, teniendo peso específico la devoción local que se le profese.
Y aquí quería yo llegar, porque mientras el mapa provincial se va completando de cara a esta Magna sigue quedando vacante una comarca entera donde una imagen produce una auténtica explosión devota cuando llega el fin de este mes de abril: San Marcos. Beas de Segura, Arroyo del Ojanco y sus alrededores se colapsan.
Si en la Magna se busca diversidad, devoción y singularidad, no deberían dejarse a San Marcos fuera. Otra cosa es que no se le pueda encajar de ninguna manera dentro del planteamiento con el que se está fraguando porque se aleja de los misterios del Rosario y lo que no puede ser, no puede ser.
Pero…piensen por un segundo e imagínense una Magna en Jaén, donde entre la mezcolanza de imágenes de Pasión y Gloria, entre palios y andas, bajo sones cofrades, bajase por la calle Bernabé Soriano una yunta de vacas berrendas en negro portando sobre un trono con ruedas al santo evangelista, y todo ello flanqueado por los miembros de la Hermandad de San Marcos, con su blusón gris o negro, agitando sus collares cascabeleros mientras pegando botes van gritando
¡San Marcos/ San Marcos/ San Marcos es cojonudo/ Como San Marcos/ no hay ninguno! Imagínenlo, porque esa procesión es así.