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Andalucía

Desarrollan un modelo con IA generativa que imita el comportamiento humano en robots

Para que los agentes virtuales sean cada vez más parecidos a las personas, es fundamental determinar qué paradigma se ajusta mejor a la conducta humana

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  • Inteligencia Artificial. -

Neurocientíficos de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona han desarrollado una nuevo principio neurocientífico con el que programar robots utilizando la Inteligencia Artificial (IA) generativa con el fin de que adopten un comportamiento parecido al humano.

Para que los agentes virtuales sean cada vez más parecidos a las personas, es fundamental determinar qué paradigma se ajusta mejor a la conducta humana y tenerlo en cuenta al diseñar los algoritmos y sistemas de aprendizaje profundo con redes neuronales artificiales con las que se crean estos robots, ha indicado la universidad.

En este sentido, un grupo de investigadores del Center for Brain and Cognition (CBC) de la UPF han elaborado un nuevo paradigma en neurociencia sobre el comportamiento humano que desafía a la teoría mayoritaria hasta el momento, según la cual las personas actúan para maximizar las recompensas externas.

Según ha informado este jueves este centro, con el nuevo principio desarrollado, los robots con redes neuronales artificiales que intentan emular a las humanas "no actúan para maximizar sus recompensas, sino que, como los humanos, lo hacen para experimentar el máximo de estados posibles".

Para probarlo, los investigadores han examinado la conducta de un agente virtual en diversos entornos en los que se le presentaban diversos estímulos como objetos o juguetes.

Los investigadores han demostrado que los algoritmos diseñados "le permitían hacer lo que quisiera, en función de las reacciones de sus redes neuronales artificiales a los estímulos del entorno, excepto por los límites marcados por los tradicionales principios de la robótica de Isaac Asimov y que fundamentalmente prohíben que los robots puedan dañar a los seres humanos", ha indicado la universidad.

La investigación ha permitido constatar también que el agente "no actuaba para maximizar sus recompensas", sino que "fundamentalmente experimentaba, probando el mayor número de acciones y estados posibles como saltar, dar volteretas, bailar de diferentes formas, tocar y utilizar los objetos o juguetes virtuales de diferentes maneras, emulando a los seres humanos", según la universidad.

En el estudio, divulgado recientemente en la revista Nature Communications, se indica que la nueva teoría del comportamiento "puede suponer un gran avance para desarrollar agentes virtuales que se comporten cada vez de forma más parecida a los humanos" y que "sean capaces de interactuar con las personas para ayudarles a satisfacer sus necesidades en múltiples campos como la educación, la salud o la movilidad".

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