Mucho se ha debatido en los últimos años sobre la rehabilitación y vida del centro histórico de Vélez-Málaga, la desidia de las corporaciones anteriores sumado al envejecimiento natural de la población, provocó durante la última década un éxodo de población hacia zonas de la ciudad más modernas, cómodas y con construcciones recientes.
Lo cierto es que en los dos últimos años esta tendencia no solo se ha frenado en seco sino que se está invirtiendo bruscamente, no hay una fórmula secreta que se haya descubierto ahora, más bien es una conjunción de medidas y factores que la ciudad estaba pidiendo a gritos, replicando fórmulas como la del barrio del Soho en la capital malagueña.
Medidas como la creación de la oficina técnica del centro histórico, donde se tramitan las licencias de obra que en tiempo atrás se eternizaban durante lustros y que actualmente se otorgan en tiempo récord, la rebaja de las cargas impositivas con la bonificación del 95% en el impuesto de construcciones, la apuesta por infraestructuras clave como los aparcamientos y la peatonalización de calles y otras medidas de caracter social, han supuesto un revulsivo en la apuesta del inversor privado por esta parte de la ciudad.
La confianza es fundamental para los inversores, en un mundo globalizado donde las oportunidades de negocio se multiplican y no es casualidad que en los últimos meses se hayan adquirido, además del mencionado inmueble del convento de las Claras, otros nueve edificios con el objetivo de establecer apartamentos turísticos y negocios de hostelería que verán la luz en los próximos años.
En definitiva, Vélez-Málaga vuelve a estar de moda como ya advirtió el ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha "¡Gracias sean dadas a Dios, señores, que a tan buena parte nos ha conducido! Porque, si yo no me engaño la tierra que pisamos es la de Vélez Málaga".
